El creciente aumento de una programación televisiva basada en la denominada “telebasura” pone en cuestión el debate sobre el control de los contenidos y cuál debe ser la figura que los regule a fin de garantizar una televisión de calidad. En este sentido, los expertos reunidos en el curso “El servicio público de la televisión”, organizado por el Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada y RTVA reflexionan sobre cómo debe articularse precisamente este control, levemente dibujado en España, y cuál debería ser la configuración de una entidad como el Consejo Superior del Audiovisual.
La degradación de los contenidos, la incapacidad de la propia industria de autorregularse y el incumplimiento de la normativa europea de la Televisión sin fronteras, que marcaba un denominador común que España no está cumpliendo, lleva al periodista Manuel Campo Vidal y al director de EMA-RTV, Manuel Chaparro Escudero a defender la necesidad del Consejo Audiovisual no como control censor, sino como establecimiento de estándares de calidad fijos. Una autoridad independiente que represente los intereses del sector, de la sociedad civil, con presencia plural de las administraciones públicas, los representantes institucionales electos y las organizaciones sindicales.
El deterioro en el que, según estos expertos, se encuentran sumidos los medios, no sólo los audiovisuales, ha provocado, además, una falta de autoestima de la audiencia, que se cree “merecedora” de una programación mediocre, una situación que hace imprescindible la presencia de esta nueva figura reguladora que debe fundamentarse en tres pilares esenciales: el control de los contenidos, la distribución del espacio radioeléctrico que evite el control de los medios y el fomento de la industria audiovisual, pero partiendo de su definición como un organismo intermedio que garantice la desaparición de la permeabilidad de los poderes político y económico.
Referencia: Juan María Casado. Coordinador del curso y Director de Relaciones Institucionales de RTVA.
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