El universo está organizado en forma de gigantescos octaedros, según un grupo de científicos granadinos

La astronomía ha interesado siempre al hombre. Mirando a las estrellas se ha decidido sobre la paz y sobre la guerra, se ha sembrado y recogido la cosecha, se han elaborado horóscopos, trazaron el rumbo los viajeros de todos los tiempos, etc. Jamás ha dejado de estudiarse el cosmos, la integración de datos observacionales y de modelos matemáticos dio lugar, sobre todo a partir de las figuras de Galileo y Newton, a la aparición de una ciencia que influyó decididamente en el resto de las ciencias (naturales y sociales) y que todavía, siglos después, nos sorprende con nuevos descubrimientos.

Un grupo de investigación de la Universidad de Granada, dirigido por el Prof. Eduardo Battaner López (Dpto. de Física Teórica y del Cosmos) viene trabajando, a lo largo de los últimos años, en un campo muy concreto del estudio del cosmos: el magnetismo en el medio interestelar, intergaláctico y pregaláctico. Las investigaciones han conducido a elaborar hipótesis que vendrían a explicar una de las grandes incógnitas acerca del universo: cómo está organizado (cuál es su forma). Los resultados del trabajo son publicados regularmente en las revistas científicas más importantes del mundo, entre ellas Astronomy and Astrophysics.

En lo que se refiere a la forma en que se organiza el cosmos, señala Battaner que “uno de los grandes descubrimientos de la astrofísica actual es que el universo tiene una apariencia semicristalina. La materia no se agrupa de manera dispersa y aleatoria, sino que forma filamentos y estos construyen poliedros”. Este hecho, compartido por comunidad científica, ha sido explicado por primera vez por el grupo de Battaner, que sostiene que “el magnetismo fue el responsable de la formación de los filamentos y de su organización en poliedros. Un fenómeno que se produjo en épocas muy primitivas del universo, entre unos segundos y un millón de años después del Big-bang, y que luego se fue consolidando”.

“Hemos descrito, además, la forma y el tamaño que tiene esta red cristalina. Creemos que se ordena en octaedros que contactan solamente en sus vértices –dice Battaner-. Algo así como una huevera. La estructura a gran escala del universo estaría integrada, pues, por supercúmulos de galaxias en forma de octaedros gigantescos entrelazados, de unos 300 millones de años luz”, tal como se ilustra en el dibujo 1 (anexo). Los grandes octaedros, por otra parte, estarían integrados por octaedros menores, en una estructura fractal, que se repetiría a distintas escalas, como se ilustra en el dibujo 2 (anexo).

Estos trabajos combinan investigaciones de tipo teórico y observacionales relacionadas con el magnetismo, tanto sobre la estructura galáctica como de aquellos fenómenos que pueden ser debidos a él. Las observaciones se obtienen, sobre todo, gracias a los grandes telescopios del Observatorio Internacional de la Isla de La Palma, con el que trabaja el grupo del Prof. Battaner.


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Referencia:
Prof. Eduardo Battaner.
Dpto. de Física Teórica y del Cosmos
Tlf. 958-243305. FAX 958-248959.
Correo e. battaner@ugr.es


El Instituto del Agua aboga por campañas más agresivas que conciencien de la necesidad de hacer un uso más racional del agua

Cada vez que empiezan a sentirse los efectos de una nueva etapa de sequía se plantean en España las mismas preguntas: ¿asistimos a un cambio climático que hará aún más seca nuestra tierra? ¿hasta cuándo durará? ¿se toman las medidas adecuadas para prevenir sus efectos (ahorro de agua, uso racional, trasvase, construcción de embalses, depuración y uso de aguas residuales, etc.)? Se trata de interrogantes que deben contemplar la doble función del agua para nuestras sociedades y para la naturaleza: como recurso económico y como bien ecológico.

Es ésta una doble función muy interrelacionada: sin una naturaleza sana no existe el agua como recurso para uso humano en la agricultura, la industria, la ganadería, el esparcimiento, etc.

El Prof. Javier Cruz San Julián, del Instituto del Agua de la Universidad de Granada, dirigirá el próximo verano un nuevo curso sobre la problemática del agua, dentro de las actividades programadas por el Centro Mediterráneo en Lanjarón.

Cruz San Julián recuerda que, desgraciadamente, hablamos de la sequía sólo cuando llega y que habría que concienciarse del hecho de que el problema es permanente. Su solución debe venir, por tanto, del incremento de inversiones de las administraciones –que poco a poco viene produciéndose-, pero también de un nivel mayor de concienciación del conjunto de los consumidores y de su asunción de la totalidad de los costos ocasionados por el agua puesta a su alcance.

Comercialización del agua
La consideración del agua como bien económico, que permite obtener beneficios a quien tiene derechos sobre ella y la comercializa, ha venido planteando no pocas polémicas. La reciente normativa publicada por el Gobierno Español viene a reconocer este hecho, si bien no llega aún al fondo de la cuestión. “En EE.UU., por ejemplo –señala Cruz San Julián-, se da el caso de agricultores que venden sus derechos sobre el agua a grandes núcleos urbanos, de acuerdo con las leyes del mercado, porque les es más rentable que regar”.

Se trata de una política anunciada por la Unión Europea, “que plantea para el horizonte del año 2010 el objetivo de que cada usuario pague la totalidad de los costos ocasionados por el agua que utiliza: construcción y mantenimiento de infraestructuras, potabilización, tratamiento de las aguas residuales, etc. Ello será posible mediante la aplicación de las oportunas tarifas a los usos del agua en los diferentes sectores económicos (hogares, industria y agricultura). Es obvio –afirma San Julián-, que esta medida dará lugar a un debate social complejo, sobre todo en sectores como el agrícola, en el que pueden plantearse problemas de rentabilidad. Con todo, el resultado será positivo, por cuanto producirá una mayor concienciación del usuario y la racionalización del uso de un bien escaso”.

La sequía

En cuanto a las razones de las épocas de sequía, los problemas que ocasionan y las medidas tomadas para la prevención de sus efectos, Cruz San Julián recuerda que la falta de recursos hídricos que sufre la España seca es un problema que no tiene su solución en un permanente crecimiento de recursos, vía trasvases, extracciones o construcción de embalses, por cuanto el límite de lo posible está cerca: “Es necesario asumir –dice- que la respuesta a las épocas de sequía no pasa sólo por el difícil incremento del aprovechamiento de los recursos hídricos, la respuesta ha de ser múltiple, y debe contemplar medidas de regulación y de reutilización de las aguas residuales, mejora de los sistemas de regadío (la agricultura consume el 80% del agua), ahorro en los usos industriales y en el consumo humano, prevención de la contaminación de aguas superficiales y subterráneas, etc.”.

En cuanto a la investigación sobre las causas de las épocas de sequía, Cruz San Julián destaca que, si bien es posible relacionar al hombre con algunas de ellas (efecto invernadero, deforestación, etc.), hay evidencias de la existencia de ciclos climáticos que todavía no son bien conocidos. Entre los datos que permiten hablar de esto, destacan los obtenidos a partir de registros históricos de las crecidas del Nilo, reflejados en una estela durante cientos de años, se deduce de esos datos la existencia de ciclos climáticos de 77 años y de otros menos importantes de 53 y de 18,4 años. Desgraciadamente, datos de este tipo o como los que pueden deducirse de los anillos de los troncos de árboles centenarios u otros datos experimentales, son muy escasos y han de ser relativizados por las dificultades que plantean para su uso estadístico.

En España, los datos con que se cuenta son muy recientes, sólo desde 1902 se tiene registro de la pluviosidad en Granada (observatorio de Cartuja) y de algunas décadas más en otros lugares de España y del mundo. Se trata, en todo caso, de datos de un período muy corto, que hace casi imposible disponer de series cronológicas suficientemente largas para obtener conclusiones significativas acerca de la existencia de ciclicidades de varios decenios.

Por otra parte, registros de nuestro siglo muestran coincidencias en las etapas de alta pluviosidad y de sequía en distintos continentes. “Es notable, por ejemplo, la coincidencia cronológica de anomalías climáticas (sequías e inundaciones) a lo largo de nuestro siglo en latitudes tan diferentes como India, grandes llanuras de EE.UU., Norte de China, Andes/Patagonia y Valle del Nilo”. Esta coincidencia fue particularmente evidente en 1982-1983, cuando tuvo lugar la mayor sequía que se recuerda en África y Australia, mientras que al mismo tiempo se registraron importantes crecidas en lugares habitualmente secos, como las Islas del Pacífico Oriental y algunas de Sudamérica. Es llamativo también que esas fechas coincidieran con algunos de los períodos más secos en España (lo que induce a pensar en una influencia directa del efecto de El Niño en nuestro clima). Se trata, en todo caso, de anomalías que no se distribuyen en el tiempo de forma aleatoria, sino que parecen repetirse con un cierto ritmo, en períodos que coinciden con ciclos lunares de dieciocho años y de manchas solares de once años.

“En definitiva -concluye Cruz San Julián-, empezamos a conocer tanto las razones naturales-climáticas que influyen en la existencia de períodos de sequía, como el efecto de la mano del hombre en los mismos; ello debe llevar a políticas que: eviten los efectos no naturales; conciencien a la población acerca del ahorro y del uso racional del agua, si es necesario con campañas de divulgación más agresivas que las emprendidas en el pasado; tomen medidas de protección de la calidad de las aguas, tanto superficiales como subterráneas (las que más frecuentemente se olvidan); promuevan el reciclaje del agua; respeten el medio ambiente; etc.”.


Referencia:
Prof. Javier Cruz San Julián.
Instituto del Agua.
Universidad de Granada.
Tlfs. 958-243093/243356.
Correo e. jjcruz@goliat.ugr.es


La Universidad de Granada patenta un nuevo tampón que abaratará el diagnóstico de muchas enfermedades en más de un 50%

Los mamíferos, entre ellos el hombre, cuentan en su sistema sanguíneo con una serie de anticuerpos que constituyen el sistema de defensa contra los antígenos (agentes patógenos) que causan las enfermedades. Una pronta y eficaz detección de las enfermedades permite un oportuno tratamiento que redunda en una mejora de la salud de los pacientes y, en consecuencia, de su calidad de vida.

Hasta ahora, uno de los mecanismos de detección de enfermedades que se muestran más eficaces es el uso de kits, que para el ciudadano común aparecen como simples papelitos que se introducen en un líquido. La coloración del papel o la aglutinación del líquido permiten diagnosticar la enfermedad. El problema es que el costo de los kits, del líquido o de la tecnología necesaria para hacer una lectura de los resultados de la prueba es muy elevado.

El alumno de doctorado José A. Molina Bolívar y los profesores Roque Hidalgo Álvarez y Francisco Galisteo González (Universidad de Granada) han patentado un revolucionario tampón que permitirá abaratar en torno a un 50% los costos de detección de enfermedades como la hepatitis, el reuma o numerosas parasitarias.

«La patente -señala el Prof. Hidalgo- se inserta dentro de los sistema de diagnóstico clínico que hoy existen en los grandes laboratorios y hospitales, si bien supone el uso de una tecnología más sencilla y barata. Esto permitiría un ahorro considerable, vital para que los sistemas sanitarios de países en vías de desarrollo o del tercer mundo puedan acceder a métodos de diagnóstico que hasta ahora les eran muy gravosos. Desde este punto de vista la investigación permite mejorar la salud en aquellas zonas del planeta que no disponen de tecnologías sofisticadas».

El grupo del Prof. Hidalgo trabaja con unas partículas de tamaño mesoscópico con aspecto de leche, unas bolitas de polímeros plásticos suspendidas en agua. Esta suspensión líquida absorbe sólo un anticuerpo determinado de un ser vivo, sólo es activo, por ejemplo, a una parte del virus de la hepatitis C. Si el virus es añadido al líquido se produce una reacción.

El reto era conseguir un líquido estable, que no se aglutinase ante la mezcla con, por ejemplo, suero sanguíneo, ya que ante la alta concentración de sal en la sangre eso sería lo normal y daría lugar a muchos falsos positivos. «Lo que necesitábamos -señala Galisteo- era una dispersión líquida estable ante la sangre de un paciente sano, y que sólo se «cortase» en presencia del antígeno de la enfermedad de que se tratase en cada caso».

Un descubrimiento casual
Un descubrimiento casual de José A. Molina Bolívar permitió estabilizar el líquido: «Añadí por error un compuesto salino al líquido con el que trabajábamos, entre cientos de experimentos eso es normal, lo anormal fue comprobar que el líquido permanecía estable, en contra de todo lo establecido clásicamente sobre la estabilidad: cuando se añade mucha sal o ácido a un líquido éste se coagula, la leche, por ejemplo se corta cuando se le añade limón. La repetición del experimento confirmó que era posible reestabilizar el líquido base con la adición de un nivel determinado de sal. Fue así como conseguimos que el tampón sea estable ante la adición de la sangre y que sólo reaccione ante la presencia del antígeno».

La tecnología, pues, es muy sencilla, «pero era necesario desarrollar una estrategia de trabajo que permitiera la mejora de la estabilidad del soporte con el anticuerpo; justamente ahí incide la patente. Se superan así las estrategias sofisticadas que se utilizan actualmente» -afirma Hidalgo; que destaca finalmente la importancia del descubrimiento para la industria biotecnológica española: «España ocupa en un lugar muy destacado en la producción de kits para inmunodiagnóstico a nivel mundial, con una cuota del mercado de en torno a un 15-20%. Creemos que esta patente permitirá a la industria farmacéutica española especializada en biotecnología ser más competitiva en un entorno de continuas fusiones y cambios de estrategia comercial; especialmente si pensamos que en este sector tecnológico hay un alto valor añadido en la producción, ya que lo más caro es el componente investigador».

El grupo del Prof. Hidalgo está compuesto por físicos y químicos, en un enfoque multidisplinar necesario para poder investigar en ámbitos tan variados como biotecnología, asfaltos o pegamentos, que permiten obtener fondos para la investigación aplicada y reinvertir en investigación básica. El grupo mantiene contactos con otros grupos de Reino Unido, Francia, Holanda, Cuba, Uruguay y España a través de un programa ALFA de la Unión Europea. Ha publicado más de 100 artículos de investigación en revistas internacionales como Physical Review E., J. Colloid Interface Science, J. Inmunological Methods de EE.UU.; cuenta con un fuerte respaldo industrial a través de la firma de convenios con empresas del sector.


Referencia:
Roque Hidalgo Álvarez.
Dpto. Física Aplicada
Tlf. 958-243212/3.
Correo e. rhidalgo@ugr.es