La Universidad de Granada aún ´catea´ en igualdad de género
Las mujeres, pese a ser mayoría en número de alumnos y en el equipo rectoral, ocupan menos del 30% de los puestos de responsabilidad universitarios
La incorporación de la mujer al ámbito universitario es un hecho desde hace décadas. La cifra de alumnas de la Universidad de Granada (UGR), de hecho, supera, a la de estudiantes masculinos, un dato inconcebible hace 40 años. La sociedad y los tiempos han cambiado desde entonces, evidentemente, pero en la UGR hay ciertos hábitos que se resisten a claudicar. La principal víctima de ello es la tan pretendida y anunciada igualdad de género.
La mayoría asume con normalidad que la UGR tenga más alumnas que alumnos, incluso que desde la llegada de Francisco González Lodeiro al Rectorado el número de vicerrectoras supere al de sus homólogos masculinos, pero la realidad presenta otro panorama diferente: Las féminas ocupan menos de un 30% de los cargos de responsabilidad en la Universidad de Granada. Es más, las profesoras universitarias ni siquiera llegan al 40% de la plantilla docente de la institución, un porcentaje que incluso se reduce en el caso de las catedráticas. De las 15 facultades existente en la UGR sólo cuatro cuentan con una mujer al frente. Se trata de Filosofía y Letras (María Elena Martín- Vivaldi), Ciencias Económicas (María del Mar Holgado), Ciencias Políticas y Sociología (Susana Corzo) y Traducción e Interpretación (Eva Muñoz).
La diferencia es aún mayor cuando de escuelas universitarias se habla. Tan sólo hay una directora por seis hombres en este ámbito. Se trata de María del Carmen Navarro, máxima responsable de la Escuela Universitaria de Enfermería ‘Virgen de las Nieves’, que por otro lado también está gestionada por el Servicio Andaluz de Salud (SAS).
Carga familiar. Martín-Vivaldi, decana de Filosofía y Letras, tiene una explicación para este dominio masculino. No se trata únicamente de una cuestión de tradición, sino de que “la mujer tiene más complicado hacer carrera en la universidad porque en muchos casos aún asume en solitario toda la carga familiar. Lamentablemente es así.
Para muchas docentes universitarias resulta complicado conciliar la vida laboral con la familiar, lo que las retrae a la hora de plantearse mayores aspiraciones dentro del ámbito universitario”, manifestó. Martín-Vivaldi resaltó, además, una cuestión evidente: Las mujeres tienen una presencia mayoritaria en los vicerrectorados porque son cargos de libre designación, es decir, son nombrados por el rector, en este caso Francisco González Lodeiro, que ha querido aplicar hasta el último extremo la paridad.
“Los decanos y los directores de departamento, sin embargo, son elegidos mediante votación, y, en este caso, las mujeres llevamos las de perder, fundamentalmente porque muchas no sabemos si podremos conciliar la vida familiar con un cargo superior”, explicó la decana. De hecho, donde las diferencias son más evidentes es en los departamentos de las facultades, una responsabilidad que también se asume mediante sufragio y en la que la figura femenina queda reducida al mínimo.
Tan sólo un 17% de los directores de departamento de la UGR son mujeres. La mayoría de las profesoras que asumen esta responsabilidad se concentran, curiosamente, en las carreras de Humanidades. Como se puede comprobar a tenor de los datos, todavía queda un largo camino por recorrer hasta lograr la plena igualdad en la UGR, por mucho que las aulas se llenen cada vez más de alumnas.Para ello no sólo deben ceder los hombres, sino que también es necesario que las mujeres incidan en su promoción.
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