Un grupo investigador andaluz aumenta las tasas de rendimiento y motivación y reduce las de abandono aplicando este método
Los resultados de alumnos de primer curso mejoran si comparten las tutorías con compañeros
LAS CLAVES
Proyecto. Programa de Tutorías entre Compañeros (PTEC).
Titulaciones. Se ha puesto en marcha en las carreras de Psicología, Canales y Puertos, Química, Caminos, Farmacia, Economía y Administración de Empresas de la Universidad de Granada.
Objetivos. Mejorar el rendimiento académico, la motivación y disminuir la tasa de abandono.
Departamento. Psicología Evolutiva. Universidad de Granada.
Participantes. Han tomado parte 125 tutores y 264 estudiantes de nuevo ingreso.
Los mensajes pueden llegar de manera muy distinta al destinatario si varía el emisor. Tanto en la forma de recibirlo como a la hora de actuar en consecuencia. Es una de las principales conclusiones a las que ha llegado el grupo de investigación del Departamento de Psicología Evolutiva de la Universidad de Granada, dirigido por José Luis Arco, que ha desarrollado el Programa de Tutorías entre Compañeros (PTEC) del Ministerio de Innovación y Ciencia.
Básicamente se trata de organizar tutorías en las que el preceptor es un alumno de último curso de una titulación universitaria, o de doctorado, y en la que el tutelado es un alumno de primer curso del mismo grado. El tutor sigue las pautas recomendadas por los responsables de la investigación, se guía por un cuaderno de trabajo y participa en una sesión semanal de hora y media con el alumno para ayudarle en lo que necesite al objeto de mejorar su rendimiento. En ambos roles, la entrada al programa es voluntaria y los tutores reciben una gratificación en forma de pases de usuario a servicios de la Universidad.
«Los objetivos son: evitar el abandono de la carrera, mejorar las habilidades sociales a la hora de desenvolverse en grupos o integrarse, y enfocar los hábitos personales a una mejor organización y aprovechamiento del tiempo», comentó a modo de resumen preliminar el director del proyecto, José Luis Arco.
El tutor tratará de aconsejar a su alumno en función de unas variables basadas en las rutinas y hábitos personales de este último, condicionado por las respuestas que vaya recibiendo. Y todos los intercambios, avances y coyunturas que se produzcan durante el curso quedan anotados en un cuaderno de trabajo que servirá de registro y herramienta de seguimiento.
Las claves para el desarrollo de las sesiones y el éxito del mismo se basan en la búsqueda de una mejor organización y aprovechamiento del tiempo y los recursos, partiendo de la base de que el mensaje es transmitido por un igual, una persona que ha pasado por las mismas visicitudes y que ahora pone su experiencia al servicio de los demás. «Se demuestra que los alumnos de primer curso son más receptivos con alguien afín, con poca diferencia de edad y cercano en inquietudes o aficiones», continuó el profesor Arco.
Experiencia y orientación
Este método permite utilizar la veteranía del tutor, ayudar al profesor para hacer más fácil su labor y, sobre todo, lograr los grandes objetivos del proyecto: mejorar las tasas de rendimiento y productividad, así como disminuir el fracaso o el abandono universitario.
Como en los mejores acuerdos, se puede decir que todas las partes salen beneficiadas. Fátima Vílchez fue una de las tutoras durante el curso pasado en Psicología y le pareció una ocasión perfecta «para compartir la experiencia con gente más joven y tomarlo como un inicio de la carrera profesional. Además, siempre he sido partidaria de la organización y planificación del tiempo, y era la mejor manera de compartirlo». Noemí Rodríguez participó como tutelada y define el proyecto como «el mejor método para orientar a alguien en los primeros pasos de una nueva etapa. Me apunté para no notar un cambio excesivo y me ha servido mucho. Aunque lo principal era el tema académico, también tocábamos otros asuntos de la Universidad y de la vida en general, que me hubiera sido más difícil tratar con un profesor, por ejemplo». En el primer curso para ambas después de las tutorías, la complicidad entre ellas es alta y mantienen un contacto frecuente.
Tras nueve años de investigación, varias modificaciones en las líneas maestras y el impulso obtenido a este proyecto tras la puesta en marcha del Espacio Europeo de Educación Superior, los resultados no pueden ser más positivos. «Hemos logrado enriquecer el rendimiento, notando las cotas más altas a final de curso, incluso después del verano, y hemos mejorado las tasas de éxito y abandono en las titulaciones en que hemos actuado», concluyó el profesor Arco.