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«Lo más gratificante es ver que los problemas se superan»

CARLOS ESTEBAN PRESIDENTE DE ASPANIES
«Lo más gratificante es ver que los problemas se superan»
La fundación, que cumplirá 16 años en diciembre, tiene el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad y la de sus familias
JUAN RÍOS/MELILLA

PRESIDENTE. Carlos Esteban, presidente de Aspanies. / SUR.

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¿Qué es Aspanies, para quienes no conozcan esta fundación, y cuántas personas la forman?

Aspanies es una asociación que tiene como misión la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad y de su familia. Tiene una antigüedad de 15 años, 16 en diciembre, y desarrolla una serie de actividades para atender a estas personas y a sus familias.

¿Se ha dedicado siempre de forma exclusiva al discapacitado?

Tenemos unos 500 socios más una serie de colaboradores puntuales y voluntarios que puede llegar al centenar, cuya dedicación ha estado siempre enfocada al discapacitado. Nosotros tenemos como misión el ámbito de la discapacidad; en un principio eran familias con niños a su cargo; actualmente tenemos personas de todas las edades aunque también tenemos personas con discapacidades físicas, parálisis cerebral u otros trastornos.

Apoyo familiar, sesiones de Autodefensores, Reclusos, Desventaja Social y un total de 11 cursos y proyectos en su programa. ¿Se realizan durante todo el año?

Hay programas que tienen un desarrollo continuo, como el centro ocupacional, que tiene una capacidad para 25 personas, el de autogestores, atención reclusa a personas con discapacidad. También hay otros como el de Respiro familiar, en el que estamos trabajando para hacerlo vigente todo el año, pero depende del personal colaborador. No obstante, estamos consiguiendo que el programa pueda hacerse todo el año interrumpidamente. Luego hay otra serie de actos puntuales para el voluntariado, que tiene que estar siempre actualizado, o para familias, a las que se facilita información, o bien para profesionales, según las necesidades que creemos descubiertas en la ciudad. Esporádicamente hay actos como la jornada deportiva de primavera o el programa de vacaciones, junto al Imserso y FEAS.

También se hacen cursos para la inserción laboral de los miembros de Aspanies, ¿cómo se enfocan?

Nosotros hemos hecho algunos cursos, pero no nos dedicamos a eso. Existen ya otras instituciones como el INEM o el Imserso, que ya hacen cursos formativos, o la propia Consejería de Empleo, que nos ha pedido colaboración, que está llevando a cabo un curso de formación para personas con discapacidad intelectual junto a la Universidad de Granada dando una serie de prerrequisitos laborales, es decir, una formación pre-laboral destinada a personas de entre 16 y 18 años que quieren conseguir un empleo. Actualmente hay ocho personas trabajando en los planes de empleo de la UPD, dos más que el año anterior. Sin embargo, no es fácil ya que hay que enseñar también otros aspectos como la higiene, las relaciones laborales, el desenvolverse por Melilla o saber que el trabajo se tiene y se deja de tener. El trabajo puede perderse, pero queda una experiencia que sirve para demostrar que las personas discapacitadas pueden trabajar, que sólo necesitan apoyo.

¿Cómo se llega a un cargo así en un trabajo en el que, además de tener responsabilidad, se requiere un alto grado de delicadeza?

Mi llegada no fue por elección, sino por falta de candidatos, pero en Aspanies todos los trabajos son temporales, y estatutariamente está establecido que los mandatos son de cuatro años.

En cuanto a la gratificación moral; ¿Gratifica tanto como dicen?

Sí, reconforta, porque uno ve los avances con sus propios ojos. Si sólo se pensara en las limitaciones de una persona con discapacidad, se pasaría mal, pero si comparamos la situación de 1989 con la actual, vemos que ha mejorado muchísimo, sobre todo si pensamos que no hay nada que se haya hecho en el ámbito de discapacidades en la que ASPANIES no haya tenido algo que ver. El saber que pueden hacer cosas que antes no hacían, la escolarización o el ingreso en el mundo laboral son cosas que uno puede ver y que gratifican mucho.

¿Cómo es un día normal en la asociación?

Ahora la situación está bastante más estable. Tenemos una plantilla de cinco trabajadores fijos que dan estabilidad y un ritmo de actividades bastante bueno y que están de 9.00 a 14.00 horas. Durante ese horario se hace atención, programas, apoyo familiar, se gestiona el centro ocupacional y por las tardes ese centro se convierte en taller de actividades. El problema principal es que el local se ha quedado pequeño, y la demanda de las familias supera el espacio disponible para montar algo. EL mes de agosto también hemos estado copados porque las familias necesitan que cuiden a estas personas y se ofrezca una leve enseñanza de tipo lúdica; que sea más un centro de ocio.

¿Qué es lo que más le gusta de su labor en la asociación?

De la asociación, el trato con la familia es lo más gratificante, y sobre todo, el ver que los problemas se superan.

Y aparte de la solidaridad, que ya está por descontado en esta labor, ¿qué es lo que más le motiva?

No siempre he estado en la junta directiva, y lo que me motiva es el trabajo diario, en el cargo que fuere. El apoyo a la junta para el desarrollo de programas y la relación tanto con familiares como con discapacitados es muy enriquecedora. Ahora veo como algo normal las personas con discapacidad por la calle. Antes no se veía; no es que no existieran, sino que no salían de sus casas.
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