Científicos evalúan el miedo y el estrés causado por hospitalización en la infancia
Científicos de la Universidad de Granada han estudiado las sensaciones de miedo intenso, estrés, preocupación o ansiedad que sufren padres y niños ante el ingreso hospitalario infantil, que es mayor en los progenitores con menos estudios y entre los niños de entre 4 y 6 años. Actualmente, el ingreso hospitalario infantil persigue ser lo más breve posible ya que esto contribuye a la mejora de la salud de los pacientes.
Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), la estancia media de un paciente pediátrico hospitalizado es de cinco días, pero, a pesar de esta brevedad, se trata de una situación que genera sensaciones de miedo intenso, estrés y preocupación o ansiedad, tanto en los niños como en sus padres.
El Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Granada, ha estudiado estas reacciones en los padres y en pacientes con edades comprendidas entre los 4 y 16 años, ingresados en el Hospital Universitario San Cecilio de Granada y el Hospital Comarcal de Antequera (Málaga). Según los investigadores responsables del proyecto, Antonio Fernández Castillo e Isabel López Naranjo, la presencia de estrés en función de la duración de la estancia hospitalaria crece rápidamente a partir del segundo y tercer día de hospitalización y tiende a mantenerse en los días posteriores.
A su vez, los niños en la infancia temprana, entre los 4 y 6 años, sufren significativamente más estrés que los adolescentes, que tienen más conocimiento de la situación y cuentan con más estrategias para afrontarla. Con objeto de conocer las causas que originan estrés en estos pacientes, los expertos analizaron cuatro tipos de miedo, apuntó Fernández, que señaló que el miedo al daño corporal afecta más a los niños pequeños, mientras que en los mayores, además del anterior, se incluye el miedo a la muerte. En general, el miedo a la violencia física y a los lugares cerrados, resultaron ser menos estresantes.
En cuanto a los progenitores, el ingreso de un hijo en el hospital resultó ser extremadamente estresante en más del 65 por ciento de los padres. Sin embargo, este grado decrece a medida que el nivel de estudios de los padres es mayor, lo que se debe, según los investigadores, a a que los padres con mayor formación académica entienden mejor la situación, así como la información recibida por los médicos.
De entre los factores estresantes que se han considerado en el estudio, los cambios observados en el hijo como consecuencia de la enfermedad y la alteración de la vida diaria son los que más explican el estado de ansiedad de los padres.
También son importantes aspectos como la espera de la información o el trato humano recibido por el personal sanitario, aunque el estudio refleja una confianza total en el comportamiento profesional del personal sanitario. Como medida a aplicar, el investigador considera que se deben favorecer los canales de comunicación entre el personal sanitario y los familiares de los pacientes, ya que esto contribuirá a reducir el estado de ansiedad en los padres.