Una de cada cuatro mujeres sufre alteraciones del ánimo tras la menopausia
El 25-30% de las mujeres que han entrado en la menopausia presenta síntomas depresivos, un 40% padece de insomnio y un 40% sufre alteraciones cognitivas, según ha puesto de manifiesto el profesor Javier Ferrer, presidente de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM).
Y es que “durante los cambios hormonales asociados a la transición a la menopausia, particularmente si tienen especial susceptibilidad a estos cambios, como aquellas que han padecido síndrome de tensión premenstrual, sin llegar a ser depresión, un gran número de mujeres padece síntomas depresivos y alteraciones en el estado del ánimo”.
Así, entre los síntomas característicos de los periodos menopáusicos, se han publicado cifras que indican que “una de cada cuatro mujeres tras la menopausia padecen alteraciones en su estado del ánimo y un tercio de ellas ven empeorada su calidad de vida por ese motivo”, según destaca el profesor Antonio Cano, catedrático de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Valencia y jefe de Sección de Ginecología y Obstetricia del Hospital Clínico de Valencia.
De hecho, y en lo que respecta a la depresión, mujeres premenopáusicas sin historia de depresión anterior, cuando entran en el periodo menopáusico tienen un mayor riesgo de desarrollar también un cuadro depresivo, en comparación con un grupo control que permaneció en la premenopausia durante más tiempo, especialmente si aparecían síntomas vasomotores. Igualmente en palabras del profesor Cano, “las mujeres que han padecido síndrome de la tensión premenstrual durante la etapa reproductiva son más vulnerables a la depresión tras la menopausia”.
Tal y como se está poniendo de manifiesto en el X Congreso Nacional de la AEEM, que se está celebrando esta semana en Palma, el déficit estrógenico no sólo afecta al estado del ánimo y a la depresión, sino también a la función cognitiva. A este respecto, el profesor Nicolás Mendoza, profesor de la Universidad de Granada y responsable médico de Clínica Margen de la misma ciudad, afirma que “no está muy claro que la menopausia afecte a la función cognitiva en condiciones normales, pero sí cuando la sintomatología climatérica es muy florida o cuando ocurre brusca o precozmente, por ejemplo en los casos de menopausia quirúrgica. Además, aunque esta afectación pueda deberse el déficit estrogénico, es más probable que se deba a circunstancias que acompañan a la transición menopáusica, como el estrés o el insomnio”.
HORMONAS Y DEPRESIÓN
La relación de las hormonas femeninas estrógenos con la síntesis de la serotonina, neurotransmisor implicado en numerosos trastornos psiquiátricos, como la depresión, explica la presencia de trastornos depresivos asociados a ciclos reproductivos en la mujer. “Esta relación entre los estrógenos y la serotonina junto con los factores individuales y sociales de la mujer explica la mayor prevalencia de la depresión en mujeres que en hombres”, explica el profesor Cano.
De hecho, según datos de la Organización Mundial de la Salud, la depresión y la ansiedad son las principales enfermedades relacionadas con la discapacidad de la mujer en el mundo. La frecuencia de ambos trastornos en las mujeres es el doble que en el hombre desde la pubertad hasta la mediana edad.
Según el profesor Cano, “en cada ciclo reproductivo, en el que hay un descenso de la producción de estrógenos, hormonas exclusivamente femeninas aumenta el riesgo de padecer trastornos emocionales”. En este sentido, durante el ciclo reproductivo, se estima que aproximadamente del 20 al 30% de las mujeres tiene disforia premenstrual y que del 20 al 40% y el 10% después del parto padecen problemas emocionales leves y depresión, respectivamente. “Esto se debe”, afirma el profesor Cano, “a que durante el embarazo se da un aumento de las hormonas femeninas, que descienden bruscamente tras el parto”.
TRATAMIENTO DE LAS ALTERACIONES
El papel de los ginecólogos en el cuidado de la salud de la mujer es fundamental. En palabras del profesor Ferrer, “en el caso de la depresión, el ginecólogo desempeña una labor fundamental en el sentido de que debe saber distinguir entre esta patología y las alteraciones del ánimo”. En este sentido, el profesor Cano resalta que “mientras que las alteraciones del estado del ánimo las refiere la propia mujer, la depresión es un trastorno más grave y va más allá. Así, supone un conato tanto de síntomas psíquicos como físicos: problemas en las relaciones, pérdida de peso y de apetito, tentativas de suicidio, etc.”.
Igualmente, los tratamientos difieren en ambas situaciones. “La depresión debe ser tratada con antidepresivos, eligiendo en cada caso el más conveniente, mientras que las alteraciones del estado del ánimo mejoran con el uso de la terapia hormonal en aquellas mujeres para las que este tratamiento está indicado”, explica el profesor Ferrer. No obstante, ambos expertos concluyen que en cualquier caso, las alteraciones del estado del ánimo se producen no sólo por los cambios hormonales relacionados con la menopausia sino también por todos lo cambios que esto conlleva, como la pérdida de la fertilidad, el aumento del riesgo de enfermedades, los sofocos, el insomnio, etc.