Desde hace algún tiempo, un equipo de investigadores y gestores culturales de la Universidad de Granada estudian la construcción histórica del paisaje, patrimonio, recursos naturales y formas de vida en Baja California Sur (México). Desde la llegada de los jesuitas, hace tres siglos, se ha construido un territorio que ha sido gestionado por diversos grupos humanos, con el fin último de sobrevivir a un elemento secular, la aridez. En medio de la aridez, emerge una red de 187 oasis en los que el agua ha permitido asentar las formas de vida y desarrollar una agricultura productiva a lo largo de los siglos. Esta exposición es parte del proyecto financiado por el CICODE «Cultura y oasis. Biodiversidad y patrimonio como estrategia para la cooperación», en el marco de la Red RIDISOS (Red Interdisciplinaria para el Desarrollo Integral y Sostenible de los Oasis bajacalifornianos) de la que tanto Antonio Ortega Santos como Ana Molina Aguado son miembros participantes.
Con esta exposición, los miembros de este equipo de la RIDISOS-UGR (Ana Molina Aguado, Patricia Guerrero Carmona y Antonio Ortega Santos) proponen a la comunidad universitaria un recorrido por los paisajes, el patrimonio y las comunidades oasianas, recuperando los vestigios de estos grupos humanos y su relación, siempre difícil, con el medio ambiente.
La exposición ha sido coordinada por Ana Molina Aguado y cuenta con 22 fotografías, pertenecientes al fondo documental de trabajo de campo de investigadores de la Universidad de Granada y de dos fotógrafos mexicanos, Alejandro Rivas y Elizabeth Moreno quienes tienen experiencia y prestigio en el marco de la fotografía documental y fotoperiodismo. Elizabeth Moreno es ganadora del prestigioso premio Daylight/Center for Documentary Studies Photo Award, convocado por la Universidad de Duke, con el proyecto «Lejos de las urbes, cerca de la tierra», orientado a la difusión de la cultura ranchera oasiana en Baja California.
Según explican los organizadores, «Hemos querido concebir esta exposición como una herramienta para la puesta en valor de los oasis, entendiéndolos como un verdadero refugio natural, cultural y patrimonial; el cual debemos proteger y promover su desarrollo para hacerlos sostenibles y de este modo sirvan como estrategia de freno a la desertificación global».
Estas fotografías acercan al mundo oasiano, a su diversidad y potencial, haciendo de ellos espacios que aportan vida. Son espacios con una tradición cultural e histórica que no debe pasar desapercibida y que con esta muestra, el visitante se inicie en un mundo que es a la vez complejo, diverso y apasionante.
