«La investigación es creativa y apasionante, y enriquece durante toda la vida». Eduardo Ros Vidal.
El pasado día 7 de Marzo, tres alumnos del IES Montes Orientales de Iznalloz se desplazaron a la Facultad de Informática de Granada para conocer al Doctor D. Eduardo Ros Vidal. En nuestro centro los alumnos/as del programa bilingüe pueden aprender sobre neurociencia en nuestro blog «Neurociencia para disfrutar». Esta es la Semana Mundial del Cerebro, incluso el Parque de las Ciencias de Granada ha organizado actividades durante toda la semana para conmemorarlo y dada la importante contribución que el Doctor D. Eduardo Ros y su equipo van a realizar para el Human Brain Project y su reciente aparición en los medios de comunicación, les pareció muy adecuado conocer a este investigador, que además es profesor de la Facultad, para que les acercara de forma comprensible y atractiva el mundo de la investigación sobre neurociencia en España, y qué mejor manera que entrevistarle.
Para entender la importancia para nuestra ciudad de este proyecto llamado Human Brain Project nos planteamos una questión:¿Quién es Eduardo Ros Vidal?
Eduardo, con toda la humildad que caracteriza a la gente de gran valía, nos cuenta que estudió Física y acabó la carrera, como él mismo comenta, con gran sentido del humor, en otra crisis como la actual en 1992. Continuó sus estudios de Electrónica y más tarde los de Ingeniería Informática para diversificar sus conocimientos. En 1997 termina su tesis doctoral en Granada pero prosigue con sus estudios post-doctorales en King´s College en Londres durante seis meses, simultaneándolos con sus clases en la Universidad de Granada; Además realiza varias estancias más cortas en E.E.U.U. y Alemania para seguir formándose.
Sus proyectos más relevantes son europeos. En todos se han visto involucrados de unas cuatro a nueve instituciones por proyecto como la Universidad de Granada, Universidad de Göttingen, Universidad de Stirling, por ejemplo, remarcando así la importancia del contacto y cooperación con otras instituciones; Comenta que ha realizado ya seis proyectos con anterioridad al más reciente que es el que, sin embargo, ha recibido mayor proyección en los medios, The Human Brain Project. En sus proyectos encontramos dos líneas de trabajo; por una parte la Visión Artificial por computador en tiempo real, que como él mismo explica se trata de traducir o describir una escena a datos concretos en tiempo real, para lo cual se usan robots que manipulen herramientas e interaccionen con las personas. La otra vertiente de su trabajo es la Neurociencia computacional, estudiando primitivas de computación que se dan en el cerebro.
Antonio, uno de los alumnos, le pregunta: ¿por qué decide dedicarse a la investigación y a este campo en concreto? Eduardo Ros contesta que aunque la carrera de investigador está mal pagada y demanda una dedicación amplia, por otro lado, el investigador puede usar su creatividad con mucha libertad, restringido por el presupuesto únicamente, puesto que es él quien toma las decisiones acerca de qué va a estudiar. Se trata de profundizar en algo que te interesa. Lo que es muy interesante, nos dice, es llegar a la cresta de la ola, la barrera del conocimiento, estudiando hasta saber más o menos lo que hay, utiliza la expresión » the state of the art» traducido «el estado del arte», y a partir de ahí «echar un vistazo más allá» para ver qué puede estar sin investigar aún, siempre aplicando una metodología científica para descubrir nuevas cosas, » en ese sentido es un trabajo apasionante» y «requiere, más que una incentivación económica, una vocación», añade.
Cuando Antonio le pregunta ¿cómo es el trabajo de un investigador científico? Eduardo le explica que podría dividirse en tres fases; una primera fase y la más bonita, como él mismo dice, en la que pasas unos años estudiando qué es lo que se ha hecho hasta ahora, qué se sabe y sobre todo qué es lo que no se sabe de un campo concreto. Se identifican distintos campos abiertos a la investigación. Después se establece alguna hipótesis de trabajo: «creo que esto funciona así» y se investiga. Suele coincidir con el periodo en el que el investigador realiza su tesis doctoral. Se desarrolla, se programa, se trabaja de forma muy activa en la investigación.
Una segunda fase sería de post-doctorado en la que se viaja a otros centros en Europa o E.E.U.U. para empezar a establecer lazos de colaboración con otros grupos de investigadores, y sigue siendo una etapa de investigación a la que se añade la dirección de un equipo.
Cuando se pasa a ser un investigador senior, nos explica, la mayor parte del tiempo se dedica a diseñar proyectos, pedir subvenciones para la investigación, y a dirigir al equipo más que a investigar directamente.
Eduardo Ros nos dice que el trabajo en un proyecto internacional necesita que los investigadores se conozcan, para lo cual es importante tener una red social amplia y desarrollar capacidades personales de sociabilidad. Una vez establecido el contacto se abordan proyectos que no podrían llevarse a cabo en un solo laboratorio sino que se aúnan esfuerzos y recursos para el objetivo común. Le comenta a los alumnos que esos proyectos se realizan normalmente durante tres años, una vez concedidos, y que cada año se realiza una auditoría científica que evalúa el progreso del proyecto y el uso de recursos a nivel económico en la consecución de objetivos marcados, responsabilizándose cada miembro del equipo de su área de trabajo. Hay «mucha colaboración, mucho intercambio, e interdependencia» para lograr los objetivos.
«No se puede estar ahí sin saber inglés». Eduardo certifica con esta frase la necesidad de fomentar los idiomas entre nuestros estudiantes.
Y este es un tema que interesa mucho a nuestros alumnos, que cursan un currículo bilingüe. Eduardo prácticamente les asegura que sin conocer idiomas, en este caso el inglés, estás limitando muchísimo tu proyección internacional. La comunidad científica es internacional. Les cuenta que aunque cuando vivió en Alemania aprendió mucho más alemán que inglés, la lingua franca era el inglés tanto en la comunicación personal como la publicación de resultados en congresos, auditorías de proyectos, etc… En palabras de Eduardo, » el inglés en los grupos de investigación se considera un pre-requisito y quizás en la universidad no se aprecia tanto la diferencia entre saber o no inglés» y » más allá de la carrera empieza a ser importante y abre muchas puertas y cierra muchas otras a gente que no lo domina, es fundamental». Eduardo repite varias veces a lo largo de la entrevista esta frase magistral: «La inteligencia se mide por la capacidad de anticipación a los acontecimientos».
«En concreto en Andalucía deberíamos ser bilingües, como lo son otras regiones, y ser capaces de dominar dos lenguas, en nuestro caso el español y el inglés» puesto que «el idioma es una de las cosas que más nos limita». Somos un país que forma muy bien a sus investigadores y tenemos más valor del que somos capaces de explotar. El talento que hay a veces no se hace valer por limitaciones de comunicación. En el mundo de la investigación hay mucha competitividad y es duro abrirse camino, no hay muchas becas ni se aprueban muchos proyectos, ni está aumentando en España ahora mismo el número de investigadores por los recortes. Nos comenta que casi todos sus alumnos que han terminado la carrera han tenido que irse a Italia, Inglaterra, E.E.U.U. Suponemos que el dominio de otros idiomas les facilita la obtención de becas y quizás un futuro laboral. Creemos que se desprende claramente de sus palabras que el aprendizaje del inglés no debe tomarse a la ligera, y ya son muchas las Facultades que están presentes en el plan de Plurilingüismo y que ofrecen asignaturas en inglés.
¿Qué parte del cerebro van a estudiar en su grupo de trabajo?
Migue, quería saber qué es el cerebelo y así es como Eduardo se lo explica: De los aproximados 100G que tiene el cerebro, la mitad aproximadamente están ubicados en el cerebelo, o pequeño cerebro, relacionado con la coordinación de movimientos y con el habla, o utilizados para cualquier actividad relacionada con la secuenciación, y son el objeto de estudio de su grupo de trabajo con relación al Human Brain Project. Les explica magistralmente y en menos de medio minuto cómo es el cerebelo, fisiológicamente, pero expresa la falta de un conocimiento profundo, por ahora, de su funcionamiento, su relación con la genómica, el diseasome o codificación de las aproximadamente quinientas patologías relacionadas con el cerebro. Con este proyecto se espera aportar luz sobre estos temas, y lo compara con la secuenciación del Genoma Humano de los años 90, y el avance en las tecnologías de secuenciación que han surgido a raíz de ese proyecto tan ambicioso y aún en pañales prácticamente. Nos explica que con le Human Brain Project se espera aportar ideas sobre la base de patologías como la depresión, migrañas, Parkinson, Alzheimer, etc…, cómo atacarlas de forma más específica y personalizada limitando su avance y su repercusión en la calidad de vida de los que las padecen. A esto hay que añadir el más profundo conocimiento de la manera en que el cerebro procesa la manipulación de objetos como si se tratara de herramientas o el aprendizaje de cómo se produce su estructuración en nociones cognitivas. Todos estos avances tendrán repercusiones en medicina, robótica biomórfica o humanoide, o en la ampliación de las capacidades mentales humanas, en inglés «beyond human capabilities».
Las aplicaciones prácticas relacionadas con el Human Brain Project podrán ir, por ejemplo, desde la movilidad de brazos robóticos en amputados hasta otras lesiones medulares, aprovechando la actividad cerebral para dar mayor sensibilidad a esos miembros o prótesis. Incluso les comenta el estudio de otro investigador sobre implantes en el cerebro para dar visión a personas invidentes. Como vemos este es el futuro de la ciencia: introducir información sensorial de forma artificial al cerebro.
¿Esto es ciencia o ciencia ficción?
Los alumnos como Sergio están muy interesados en saber si la ciencia ficción llegará a ser una realidad en poco tiempo. Eduardo les contesta que «in a life time» o en el tiempo que dura una vida no ve que sea posible avanzar tanto. Como buen profesor que es, les pone un ejemplo que les deja enganchados a la conversación. Les cuenta cómo los robots industriales deben estar en un recinto de seguridad porque pueden «atacar» a las personas. Deben tener mucha fuerza para ser tan precisos y son capaces de romper lo que se ponga en su camino para realizar su tarea. Les explica algunos episodios de «ataques» que han ocurrido en su propio equipo. No se puede ser más interesante para alumnos de 15 años. Su objetivo es liberar el campo de la robótica para que en un futuro puedan interactuar con humanos sin peligro. Los avances en inteligencia artificial son grandes pero no llegan a superar a la capacidad humana. Los computadores pueden ganar en lo que se refiere a acumulación de datos pero están lejos de simular la capacidad motriz humana.
Con los tiempos que corren, ¿por qué es necesario invertir en educación?
En la entrevista nos conmueve esta frase: «Si crees que la formación es cara, prueba la ignorancia». Con dicha frase tomada de uno de sus profesores de Harvard, Eduardo contesta a la pregunta sobre si la formación y la investigación es una buena inversión. También bromea al comentarles lo que un científico contestó al Ministro de Economía americano al preguntarle éste si lo que estaba investigando era rentable. El científico le dijo que cuando sacara impuestos de sus avances vería lo rentable que era. Tal vez deberíamos tomar nota. Si no nos mueve la curiosidad que al menos lo haga la rentabilidad.
La ciencia aplicada reporta beneficios en tanto en cuanto las patentes que se registran de los nuevos descubrimientos o sus nuevas aplicaciones reportan dinero a las empresas que invierten en investigación y desarrollo. Eduardo enseña a los alumnos una publicación en la que se muestra el gasto en Europa en el tratamiento de enfermedades relacionadas con el cerebro, ni más ni menos que 800 billones de euros al año. Así que la inversión debería tener siempre repercusiones en la calidad de vida de los pacientes pero sin olvidar, por ejemplo, la posible optimización del gasto en el sistema sanitario. Por eso nos cuenta que en los proyectos europeos se incluye a alguna empresa que se haga cargo de poner en el mercado productos o que proponga aplicaciones necesarias ahora o en el futuro derivadas de los descubrimientos científicos que se hagan. La transferencia debe ser un objetivo en la investigación. Él y su grupo de investigadores dando ejemplo han creado «Seven Solutions», una empresa que emplea ingenieros que desarrollan tecnología para el CERN, por ejemplo, rentabilizando mucho más la investigación.
«Los países más avanzados son los que invierten más en ciencia» y si no se hace, otros lo harán. El problema podrá ser que llegarán a tener tecnologías que tendran que pagar los países que no inviertan en investigar como ya ocurrió con el GPS. Este sistema es americano y aunque ahora se está intentando elaborar una alternativa europea llamada «Galileo», lo cierto es que en Europa ya se hemos gastado mucho dinero en comprar esta tecnología de posicionamiento global.
En el Human Brain Project Europa piensa invertir 1000 millones de euros y por supuesto E.E.U.U. se ha puesto manos a la obra y ha decidido invertir 2000 millones en los próximos 10 años para no perder este tren. Como vemos es un tema rentable y sensible como para dejar que otros lo dominen en solitario por las implicaciones económicas e incluso éticas que tiene. Dentro de 10 años no se sabe lo que se habrá avanzado en el conocimiento del funcionamiento del cerebro pero podemos asegurar que la tecnología que se desarrollará en el proceso será muy avanzada.
¿Hay límites éticos en la investigación?
En Genómica y en Neurociencia computacional las investigaciones sobre el cerebro deben estar bajo la lupa de los observadores europeos que delimitarán lo que se debe hacer con lo que se descubre. Hay expertos en ética que asesoran este proyecto y otros parecidos. Esta es su opinión con respecto a los límites que algunos quieren imponer a la ciencia desde posturas morales y éticas críticas con algunos avances científicos: «Tener cajas negras cerradas es más peligroso que abrirlas, y decidir, conscientemente, qué hacer con ellas»; nos señala la posibilidad de que otros agentes con intereses desconocidos investiguen y usen sus descubrimientos sin que les rijan las regulaciones que sí rigen el trabajo investigador de la ciencia en Europa, por ejemplo. Además, el progreso debe ser paulatino, controlado y reglado desde la ética anteponiendo los Derechos Humanos sobre cualquier otro valor. Eduardo piensa que el límite debería estar en la metodología usada más que en el campo de estudio.
Resumiendo con sus propias palabras: «Inversión, ilusión y dominio del inglés» son los ingredientes que son necesarios en el futuro de la investigación en España.
Para poder acceder a la entrevista en video ir a : http://mariluzarredondo.wordpress.com/2013/03/08/entrevista-a-eduardo-ros-vidal/