Inicio / Historico

Pájaros

OPINIÓN
TRIBUNA
Pájaros
JOSÉ MARÍA PÉREZ ZÚÑIGA/
Imprimir Enviar
YA se sabe que la realidad es cíclica, simétrica e incluso mordaz, y quizá por eso puedo leer en la misma página de un periódico -la primera de IDEAL- que un grupo de neonazis ha apaleado en Rusia a un estudiante de la UGR y ha matado a su amigo, que Vicente y Pujol, jugadores de la selección española, se han peleado a tortas y, un poco más adelante, que cientos de inmigrantes siguen dándose tortas -es un decir- por entrar a España. «Que se queden en su país», le oí decir a un vecino ayer, y precisamente leo estos días el último libro de Manuel Villar Raso, África en silencio, donde describe con la pasión de un enamorado el país o uno de los países de origen de tantos inmigrantes: Malí. «Uno de los países más sorprendentes y hermosos de la tierra, que guarda tesoros de los que pocas naciones pueden alardear», en palabras de Villar Raso; y sin embargo, también, según parece, uno de los destinos de los subsaharianos deportados por Marruecos. Ellos viajan en la «caravana de la vergüenza» hacia Malí o Senegal, y yo, mientras tanto, recorro el Níger con Villar Raso hacia Tombuctú; pero en los dos continentes, o en los dos mundos, hay el mismo miedo, la misma violencia y la misma muerte. Al menos así lo percibo yo, y puede ser el motivo por el que este gobierno trata de quitarse la patata caliente de las manos, o acaso, como tantas veces, de echarle la culpa «al moro» al tiempo que fortifica Ceuta y Melilla. Aunque menos mal que siempre podemos acudir a la realidad virtual de los «animales de la selección», como los ha llamado un comentarista. Y para mí que aquí nadie está en lo que debe estar. El Ayuntamiento dedicado a demoler la ciudad y a engordar premios; las Comunidades Autónomas peleando por sus estatutos; y el gobierno del Estado preocupado porque ya empieza a ver en las encuestas las orejas del lobo que es Rajoy Me gusta mucho una frase del libro de Villar Raso: «Un viaje cumple su función cuando encuentras lo que buscas o cuando no encuentras nada de lo que buscas y te das de bruces con lo inesperado». Lo que no sé, y salvando las distancias de este estupendo libro, es quién busca y quién encuentra en esta situación lamentable que entre todos, por acción u omisión -¿que no se escucha a la Iglesia cuando de verdad hay que discutir de algo serio!- estamos creando. Por lo pronto, el martes pasado, el primer día de lluvia después de mucho tiempo, yo me llevé una sorpresa: mi terraza fue invadida por decenas de golondrinas. Abrían y cerraban sus alas negras para secarlas mientras hinchaban su blanco pecho. Al verlas, pensé en figuras majestuosas, en ritos olvidados, en que allí había un significado primario que a mí se me escapaba. Pero fue un rato después, al volver a sumergirme en la África silenciosa de Villar Raso, cuando me encontré con que él ya había dado forma a mi pensamiento: «Parece un dios venerable, un coloso cuyas ceremonias han sido olvidadas; pero enseguida se alza un grito, el silencio quiebra a media tarde y los pájaros, sobrecogidos en su descanso, alzan el vuelo y todo el entorno renace».

Descargar