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La violencia de género, presente en muchas prácticas de los colegios

La violencia de género, presente en muchas prácticas de los colegios
Los chicos disponen de más espacio dedicado a ocio que las chicas, y los castigos son diferentes en función del sexo del alumnado
R. I./GRANADA

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La violencia de género está dentro de determinadas prácticas escolares, como el mayor espacio que se destina a las actividades de ocio de los varones, la diferencias de los castigos que se aplican a niños y niñas o los contenidos didácticos en los que se mantiene la clásica división de géneros.

Así se desprende del estudio realizado por investigadoras de la Universidad de Granada, que analizaron la situación en dieciséis grupos de ESO, Bachillerato y Formación Profesional de Granada para determinar cómo se generan las prácticas de dominación de género en la escuela.

Provocar la reflexión en el profesorado sobre un conjunto de comportamientos y actitudes que promueven la infravaloración de la mujer y aportar instrumentos de reflexión y análisis para contribuir a cambiar el sistema de relaciones de género son los principales objetivos del estudio, según explicó su coordinadora, María Espinosa. «Nuestra principal finalidad es contribuir a cambiar la cultura de dominación de género desde la escuela, lugar que consideramos primordial porque es un espacio de socialización y de transformación de las relaciones de género», apuntó.

Explicó que la violencia de género es toda práctica social que implica la «desvalorización» de lo femenino y el ejercicio de la dominación hacia las mujeres, a partir de estrategias como la desautorización, la invalidación de sus voces, el control de sus cuerpos y expresiones, el desprestigio de las tareas asignadas o la limitación y exclusión de sus usos del espacio.

La interacción entre el profesorado y el alumnado y entre los propios compañeros, el contenido de la comunicación y todo lo relacionado con las conductas de niñas y niños, así como las formas en las que se llevan a cabo los refuerzos y castigos para unos y otros son algunos de los elementos que estudiaron.

Relaciones de poder

«A través de la investigación hemos detectado cuatro aspectos o ejes donde principalmente se ponen de manifiesto y se reproducen las relaciones de poder y dominación en la escuela», dijo Espinosa.

En primer lugar, comprobaron que existe una desvalorización de los mensajes emitidos por las chicas, lo que contribuye a su «silenciamiento y a su alejamiento y exclusión a la hora de ejercer el poder».

Esta discriminación también se da en relación al cuerpo, de forma que, por ejemplo, los castigos a niños y niñas son distintos.

Así, mientras con frecuencia a los varones se les aplican castigos corporales que en ocasiones conllevan la expulsión, a las féminas principalmente se les imponen principalmente castigos morales, como hacerlas sentir culpables por la repercusión de sus acciones sobre el grupo o hacerles ver lo que se espera de ellas, con expresiones como «eso es impropio para ti».

En tercer lugar, Espinosa señaló que la dominación también se refleja en la distribución de los espacios escolares en zonas «más prestigiadas y menos prestigiadas», tanto en el aula como en el centro escolar. «Los patios y las pistas deportivas son las más valoradas y visibles y en la mayoría de los casos son ocupadas por los niños», dijo Espinosa.

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