GRANADA
El 50% de los niños granadinos sufre agresiones esporádicas en la escuela
Un estudio psiquiátrico pionero en España desvela que el 2% de los escolares es víctima del bullying, un acoso continuado que puede tener consecuencias trágicas
ALEJANDRO MOLINA/GRANADA
HONDARRIBIA. El sábado, miles de personas se manifestaron para recordar a Jokin. / EFE
ImprimirEnviar
Desde bromas hasta abusos
Francisco Díaz Atienza, psiquiatra de la Unidad de Salud Mental Infantil del Hospital Virgen de las Nieves de Granada, y Mercedes Prados Cuesta, psicóloga de equipos de orientación educativa, son pioneros en España en el estudio del bullying, un anglicismo que ha adquirido una enorme notoriedad y que ya ha quedado unido a la trágica muerte de Jokin, un chiquillo guipuzcoano que se mató para no tener que soportar más el acoso al que le sometían, presuntamente, un grupo de compañeros de estudios.
Desde hace cuatro años, ambos expertos se han afanado en investigar un fenómeno que, hasta el desgraciado fallecimiento del muchacho vasco, había pasado desapercibido para la mayor parte de la sociedad.
Gracias al análisis de una muestra de 1.200 alumnos de entre 12 y 16 años de Granada y Jaén, los especialistas han concluido que el 50% de los escolares han sido o son víctimas de agresiones esporádicos en sus centros educativos. En un 2% de los casos, los incidentes ocasionales acabarán degenerando en bullying.
Avergonzados
Lo peor del problema es que, normalmente, permanece oculto.
La víctima, además de padecer un calvario diario, se siente culpable y avergonzada, lo que hace que no se exprese. Y la comunicación dentro del entorno escolar, y especialmente con sus compañeros, es fundamental, según explica Mercedes Prados. «Además hay que contar con la respuesta que tienen los padres en muchos casos, que avergüenzan a sus hijos al decirles que no sean cobardes. Estamos, por tanto, ante un problema de valores sociales que agrava la situación», explica la psicóloga.
En este sentido se llama la atención sobre los mensajes violentos a los que los niños son sometidos constantemente desde el cine o la televisión.
Para el psiquiatra Díaz Atienza, lo esencial no es la acción intimidatoria en sí misma, sino los efectos que tiene sobre el niño, que en la mayoría de los casos pueden derivar en conductas de autolesión. «Se trata de personas con muy baja autoestima, pasivos, que tienden, como consecuencia de la agresión, hacia conductas suicidas», relata el médico experto en salud mental infantil.
En cuanto al perfil del acosador, los investigadores han observado que suele tratarse de niños que que están inmersos en contextos familiares conflictivos.
Respecto a la soluciones, los especialistas insisten en que la comunicación es primordial, tanto entre padres e hijos como entre alumnos y profesores. «Es fundamental porque el verdugo sabe que su víctima no va a hablar nunca», afirma Díaz Atienza. «En muchos casos, el problema podría solucionarse de forma sencilla, únicamente hablando o intensificando la vigilancia en los patios», agrega el psiquiatra del Virgen de las Nieves.
Los profesores
Lo que ocurre es que, muchas veces, los profesores son ajenos a este trastorno. «Plantear abiertamente el tema a través de charlas es útil a la hora de detectar los casos, hay que tomar conciencia de la existencia de este fenómeno».
Los especialistas aconsejan acudir siempre al profesorado en caso de detectar indicios de bullying. La ayuda y la comprensión en el hogar son, además, imprescindibles y deben pasar por una motivación que ayude a autovalorarse a las víctimas. En este sentido la Junta ha realizado avances que han derivado en la creación del programa Escuelas: Espacios de Paz, en los que la figura del orientador es muy importante