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Ciudadanos en pie de guerra

GRANADA
Ciudadanos en pie de guerra
Las plataformas cívicas se han convertido en muchos casos en los único entes reivindicativos para conseguir que los políticos se conciencien de que deben trabajar por una ciudad más saludable
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CUANDO fallan las instituciones, los partidos políticos o los sindicatos, siempre habrá ciudadanos que estén dispuestos a ser la conciencia de la ciudad en la que viven. Su lucha es desigual porque ellos pueden tener la razón pero no los instrumentos para conseguir aquello que desean. Son las plataformas ciudadanas, grupos de personas que intentan que esta ciudad en la que vivimos sean más amable, más sana y más saludable. Algo que queremos todos pero que pocos intentan conseguirlo.

GRANADA CONTRA EL RUIDO

La lucha por el silencio

«El ruido es un problema de salud»

«Nosotros no somos una plataforma asociación de afectados por el ruido, sino los que estamos en contra. No hay que tener hambre para protestar para que no haya hambre en el mundo». Quién dice esto es Francisco Morales, presidente de la Asociación Granada contra el Ruido, que lleva casi siete años intentando ser la voz de la conciencia de los políticos para que estos se conciencien de que el ruido es un problema de salud pública. Francisco Morales se compró un piso céntrico en Granada, «que estaba muy bien pero en el que no se podía dormir a causa de las motos». Fue cuando decidió crear la plataforma cívica con la idea de luchar contra el ruido en la ciudad. «Normas si que hay, lo que hay que hacer es cumplirlas», dice Manuel Navarro Lamolda, vicepresidente de la asociación. Ellos, como el secretario José Javier, piensan que los jóvenes consumen tanto ruido (discotecas a todo volumen, motos trucadas para que suenen más, emepetrés siempre en las orejas capaces de romper los tímpanos…) porque es una especie de droga a la que están enganchados. Informar de los perjudiciales efectos del ruido y contribuir a la creación de un clima propicio a la eliminación de sus causas, está entre sus principales objetivos, además de divulgar los derechos que tienen los ciudadanos en esta materia y las vías que pueden utilizar los ciudadanos para exigir que se cumplan las ordenanzas municipales. Saben que es una apuesta difícil pero están dispuestos a ser esa mosca cojonera de los gobernantes de la ciudad para que tomen conciencia de que el excesivo ruido es algo contra lo que hay que luchar.

GRANADA O NUNCA

Contra el deterioro de la ciudad

Un proyecto con nuevos aires

Eran unos cuantos amigos que se siempre que se reunían hablaban de lo poco habitable que está la ciudad. Un día decidieron que ya estaba bien de tanta teoría y decidieron poner en práctica «No hay parques ni zonas verdes donde nuestros hijos puedan ir a jugar. ¿Cómo luego queremos que dejen de ver la televisión si no aprenden a socializarse», dice Emilio García Wiedemann, uno de los integrantes. Son profesores, estudiantes y profesionales a los que le duele que Granada esté tan falta de valores, tanto morales como materiales . «Nos lo pasamos muy bien, además de que hemos recuperado ese espíritu reivindicativo que de alguna forma habíamos perdido», comenta. Elena Martín Vivaldi. «Nosotros, ciudadanos y ciudadanas de Granada que en ella vivimos, trabajamos, nos relacionamos, estudiamos…, tenemos la ilusión de mejorar este lugar de convivencia que es nuestra ciudad. Actualmente, Granada está agotada y asfixiada por el ruido, el tráfico, las obras innecesarias, el botellón, la suciedad de sus calles, la inseguridad y la contaminación, que provocan a un continuo deterioro de la calidad de vida ciudadana». Son actualmente doce los integrantes de este colectivo, pero «somos una plataforma plural y plurinacional, por lo que cualquier ciudadanos preocupado por Granada, puede esta con nosotros», afirma José Carlos Rosales, otro de los integrantes. Plantean varias acciones contra el deterioro cultural, económico, cívico, urbanístico y ambiental. «Es necesario que este Proyecto de Ciudad sea impulsado con nuevos aires, por personas que piensen que Granada merece un futuro mejor, que generen ilusión en la gente, que confíen en poder conseguirlo, que crean en la población y en su capacidad de superación de los problemas. Queremos ser la voz de la ciudad que quiere un cambio, en el fondo y en la forma, para construir una ciudad más amable. Necesitamos la colaboración de todos y de todas que crean en este Proyecto para solucionar los problemas reales de la ciudad».

SALVEMOS LA VEGA

Defensa del patrimonio verde

«Hemos despertado el interés por la vega»

El salón de un piso alquilado en el barrio de Los Pajaritos y muchas ganas de defender la vega, fueron los dos ingredientes que reunieron en 2004 a un puñado de personas, Pepe García, Paco Cáceres, Jesús García y Manuel Cala, entre otras, alrededor de una mesa de camilla para debatir sobre cómo proteger el pulmón verde de la ciudad y su área metropolitana. Una bombona de oxígeno para una Granada y área metropolitana en plena expansión urbanística. Aquellas reuniones repletas de ideas y buen rollito han derivado en una plataforma con más de doscientos colectivos sociales unidos en torno a la misma idea, y otras más amparadas bajo la filosofía de un desarrollo sostenible, donde el progreso económico no contamina y respeta elementos básicos para el desarrollo humano. «El nacimiento de la plataforma estuvo impulsado por distintas inquietudes como el deterioro de la vega, los problemas de transporte o el desarrollo sostenible», comenta Jesús García. Una vez puestas las bases, sólo quedaba arrancar el compromiso de más personas y asociaciones en torno a los mismo ideales. Las doscientas asociaciones reunidas en esta plataforma han logrado ejercer la suficiente presión para frenar el traslado de la feria de muestras de Armilla a terrenos protegidos de la vega, la ubicación del ferial granadino en esta zona, la edificación de construcciones ilegales y lo más importante: «Hemos puesto el debate de la vega en los círculos económicos y políticos de esta ciudad. Se habla de la vega y no en un sentido especulativo, sino de protección».

Una de las claves para poner en funcionamiento esta plataforma fue la figura de Paco Cáceres. «Él se ha encargado de coordinar la comunicación entre todos a través del correo electrónico». Lo llaman el correo de la vega y a través de él se comunican ideas, foros donde participar, incidencias, comunicaciones personales entre miembros, actividades de ocio un bucle retroalimentado a diario por decenas de mensajes. «Ese es el sistema nervioso de la plataforma, aunque nos seguimos reuniendo en el mismo piso de Ecologistas en Acción», apunta García. La mesa de camilla sigue en sus sitio. Y los fundadores de la plataforma también, así como el motor de este movimiento. «Aquí cada uno aporta lo que puede en función de lo que puede. Nunca nos reprochamos el no haber asistido a tal o cual reunión. Tenemos claro lo que queremos y a partir de ahí cada uno colabora en la medida de sus posibilidades». Aquellas primeras reuniones no quedan demasiado lejos de las que suelen celebrar ahora casi todas las semanas. «Trabajamos para que la vega se convierta en un sitio histórico, donde se fomente la agricultura ecológica, se recuperen cortijos y otras edificaciones singulares. El turismo rural en la zona puede convertirse en un atractivo importante». Mientras tanto, la plataforma de salvemos a la vega no deja de sumar esfuerzos de intelectuales de la Universidad de Granada y de ciudadanos anónimos que comparten la misma filosofía: proteger el pulmón más sano de Granada».

PLATAFORMA EN DEFENSA DEL PASEO DE LA BICHA

Todo empezó por un puente

«No tenía tiempo para nada y esto me ha enganchado»

La plataforma ciudadana en defensa del Paseo de la Bicha nació para intentar frenar el puente que el Ayuntamiento de Granada construye para unir Puente Verde con Bola de Oro, con carretera incluida. Un grupo de habituales del paseo del colesterol empezaron a comentar el asunto tras ver en un cartel instalado por el área de Urbanismo el inminente inicio de la obra. «Todo fue a través del boca a boca y un día decidimos encontrarnos justo en el lugar del puente para constituirnos en plataforma y decidir las acciones a tomar», comenta Antonio Higueras, jefe del servicio de Psiquiatría del Virgen de las Nieves, profesor titular de la Facultad de Medicina y uno de los portavoces de esta plataforma ciudadana. De ese primer encuentro al que acudieron diez personas surgió la necesidad de trasladar al máximo número de vecinos posible lo que estaba pasando y al mismo tiempo iniciar acciones de protesta. Los correos electrónico, el boca a boca y los teléfonos de cada una de esas diez semillas de la plataforma no dejaron de funcionar durante la primera semana. «Fue tremendo. En muy poco tiempo recogimos cinco mil firmas contra el puente. Nos acusaron de defender intereses políticos contrarios al equipo de Gobierno local y el mismo gobierno local nos ninguneó negándonos información y dedicándose únicamente a desacreditarnos», señala Higueras. El movimiento empezó a crecer como la espuma. Granada Histórica, Granada al Pedal, Los Verdes e incluso Esteban Montiel, un atleta olímpico de Granada y militante del PP, se sumó a la plataforma para defender uno de los espacios utilizados para entrenarse a diario. Este deportista dijo públicamente que había recorrido seis mil kilómetros por el paseo del colesterol y que la actuación del PP iba en contra de la voluntad popular de los vecinos. Anunció su despedida de las filas de la militancia del PP. Higueras no entiende cómo un Ayuntamiento se puede permitir el lujo de atentar contra uno de los mejores recursos naturales de esta ciudad y que en un futuro inmediato puede convertirse en una fuente especulativa de importancia. Ahora son más de un centenar de personas. Se reúnen todos los miércoles en unos locales cedidos por una asociación de vecinos y «ya no sólo es la lucha contra el puente, sino contra todo lo que atente contra el patrimonio natural», dice Higueras que confiesa «estar enganchado a este movimiento, pese a disponer de poco tiempo».

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