Cultura-Granada
Arabesco y sus artistas al desnudo
El fotógrafo inaugura la muestra \’La mirada cómplice\’ en la Biblioteca de Andalucía
15.12.09 – 02:47 –
ÁNGELES PEÑALVER | GRANADA.
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La exposición \’La mirada cómplice\’, de Antonio Arabesco, es un solemne recorrido fotográficos por cincuenta caras fundamentales de la cultura andaluza de los últimos veinte años. Al mismo tiempo es una sugerente propuesta en la que bustos contemporáneos como el del poeta Carmelo Sánchez Muros, el artista textil Ángel Sanz, el músico Víctor Neuman o el pintor Pedro Garcíarias dejan petrificado al espectador, que se cree delante de una pintura con contrastes y poses propias del tenebrismo español.
La muestra -hasta el 23 de enero- no encierra un único discurso fotográfico, sino múltiples propuestas, tantas como caras y técnicas escoge el artista. El blanco y negro frente al color, primeros planos que se abren a otros generales, además de la improvisación y sencillez de ciertos disparos frente a la fotocomposición y fantasía de piezas, como el retrato de la pintora Marite Martín Vivaldi, cuya cara se intuye al fondo de unos trazos que bien podrían haber salido de sus propias manos.
Todos son retratos consentidos, desde los cuerpos desnudos de Alejandro Gorafe -con la cabeza enjaulada a lo Magritte- y Brazam, que se despojan de sus ropas en el interior de un estudio, hasta el ademán de libertad del fotógrafo Carlos Pérez Siquier, de pelo cano al viento en un paraje de aspereza almeriense.
Desaparecidos
Entre los inmortalizados en papel y desaparecidos de la vida, destaca la fuerza de la mirada de una Elena Martín Vivaldi en cuya piel se adivinan los surcos del tiempo; los ojos perdidos de un Javier Egea dejándose caer sobre el tronco de un árbol; y el dramaturgo José Martín Recuerda echado en un sofá, situado en una esquina blanca que succiona la mirada del espectador más allá de las fotografías antiguas que cuelgan de la pared.
Lo que congela Antonio Arabesco, al final, no son las personas que pone delante de su objetivo, como la mirada hamletiana e incisiva del poeta Juan de Loxa. Capta «su renqueante y misteriosa humanidad», escribe en el catálogo de la exposición Andrés Neuman, que también aparece en una de las obras inmerso en la lectura de \’Oficios estelares\’, de Felipe Benítez Reyes.
El catálogo ha corrido a cargo del artista plástico Juan Vida – junto a su hija Julia en una reposada y bella instantánea-; y se enriquece con las aportaciones de Esperanza Guillén, profesora de la Universidad de Granada, que presenta una panorámica de la evolución de este género pictórico.
Juan Carlos Friebe, José Lupiáñez y Carmelo Sánchez Muros, además de ceder sus rostros a Antonio Arabesco, han escrito varios poemas -\’Superficie\’, \’Retrato\’ y \’Reencuentro\’, respectivamente- sobre su experiencia como \’modelos\’. Junto a ellos aparece un texto firmado por Cayetano Aníbal, \’Mi imagen en el relato fotográfico de Antonio Arabesco\’: «…Necesitamos registrarnos desde todos los ángulos posibles y reinventarnos a partir de las imágenes que nos presentan quienes saben vernos. Vernos desde perspectivas ajenas, distintas a las de la imagen especular que tenemos modelada…».
Aníbal, incluido entre los artistas cuya mirada, por poderosa, perturba los ojos del espectador, convive en la sala con un grupo de seres convertidos en atractivos, que cuentan algo de sí mismos a través de detalles que trascienden el físico y la compostura.
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