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Las obras del Metro obligan a redoblar los esfuerzos para combatir las plagas

A las puertas del verano se intensifican las labores de control y prevención de plagas en la capital. Estorninos, palomas, cucarachas, mosquitos y demás insectos están en el punto de mira y su control o, en su caso, erradicación supone un montante de 377.000 euros anuales al Ayuntamiento de Granada, que este año, además, ha tenido que incidir especialmente en la zona afectada por las obras del Metropolitano, como el Camino de Ronda.

Según los datos que maneja la Concejalía de Mantenimiento, que gestiona Vicente Aguilera, para mantener a raya a las cucarachas este año se han tratado prácticamente el 100% de las alcantarillas de la capital. Además, se ha incidido en las calles que se están viendo afectadas por las obras del Metro -que han obligado a abrir literalmente en canal vías como Camino de Ronda de una punta a otra-. Estas calles han sido tratadas en coordinación con «los responsables de dichas zonas, al objeto de que no quedaran focos de crecimiento de cucarachas en ningún punto», según se señala desde la Concejalía. En este sentido, Aguilera reseñó que a lo largo de las obras no hay más insectos que en otro punto de la ciudad, precisamente por la labor preventiva que se ha venido realizando. Así, conforme la maquinaria levanta el asfalto, se abren las canalizaciones y el subsuelo queda al descubierto, se trabaja para evitar que se propaguen plagas de invertebrados, que pueden generar serias molestias a los vecinos de la zona.

Así, desde mayo hasta julio se van a dedicar más de 1.400 horas de trabajo para controlar la población de cucarachas antes de que lleguen las jornadas más calurosas de agosto, ya que, precisamente, es el aumento de las temperaturas la que influye en la aceleración del ciclo biológico de estos insectos. Una sobrepoblación en el alcantarillado significarían su aparición, tarde o temprano, en superficie.

Estas tareas -llevadas a cabo por la empresa Athisa- se realizan de forma anual en el subsuelo de la capital, colonizado por una especie de cucaracha, la periplaneta americana -aunque procede del norte de África-, que ha desplazado a otras especies del alcantarillado gracias a su mayor tamaño y capacidad para planear, según se explica desde el área de Mantenimiento.

Aparte de esta actuación, la Concejalía también mantiene el programa de control de roedores. La erradicación de roedores exige una tarea continua que se traduce en unas 4.000 horas de trabajo en operaciones periódicas, a las que se suman otras 1.500 de operaciones planificadas, como el tratamiento de colegios antes del inicio del curso, por ejemplo. También se hace especial hincapié en limpiar el subsuelo, los cursos de agua y los solares y vertederos.

Otra de las plagas que se quiere controlar desde el Ayuntamiento es la de palomas, que son capturadas en jaulas ubicadas estratégicamente. Tras su captura, algunos de los ejemplares fueron objeto de estudio por parte del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Granada, que concluyeron en un informe que «el estado sanitario de las palomas urbanas es bastante malo». Las causas de los problemas de salud de estas aves están, según concluye el estudio, en el estrés alimenticio y de sobrepoblación.

Como punto positivo, se observa que no se han detectado en las palomas estudiadas parásitos que presenten un alto riesgo sanitario para los granadinos.

Más pequeños, pero no por ello menos molestos, son los mosquitos, que son objeto de campañas de control especialmente de abril a octubre y, sobre todo, en las zonas cercanas a los ríos, como la zona de los puentes, de Cañaveral o en las inmediaciones del río Genil. Para controlar a estos insectos se realizan tratamientos con larvicidas cuando las condiciones ambientales (humedad y calor) apuntan a un aumento de la población.

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