poesía
Escribano reedita sus 22 sonetos de amor y desamor
maría de la cruz
poeta. María Luz Escribano presentó ayer su poemario.
B. RICO
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granada Aunque Sonetos del Alba ya fue publicado en los noventa, la reedición que ayer se presentó en Ámbito Cultural es prácticamente desconocida. La mala calidad de la impresión hizo que su autora, María Luz Escribano, se quedase con casi todos los ejemplares de aquella primera edición de Guadalorce de tal manera que los versos del poemario han permanecido ocultos hasta que José Rienda, de la editorial Dauro, ha decidido volver a hacerlos públicos.
La escritora granadina tan sólo ha modificado un verso en esta segunda edición, que cuenta con un prólogo del vicedirector de la Real Academia de la Lengua, Gregorio Morales, y un estudio preliminar de la profesora de Literatura de la Universidad de Granada Remedios Sánchez.
La profesora fue quien convenció a María Luz Escribano para que intentase volver a editar el libro debido a la calidad del poemario, que lleva por subtítulo 22 sonetos para un jardín.
La obra está compuesta por 22 sonetos que la autora define como de temática amorosa. Salvo dos de ellos dedicados al pintor Miguel Ángel Ortiz y Isabel Roldán –sobrina de Federico García Lorca– en los que canta a la amistad y algunos destinados a ensalzar el paisaje, los demás versos hablan siempre del amor y el desamor, o la soledad que este produce, con un lenguaje sensorial que Escribano califica como colorido y vivo.
Un poemario que es absolutamente clásico en palabras de su autora. La influencia de los clásicos subyace en casi todos los autores actuales. Por lo demás soy una escritora que crea por libre, sin adscribirme a ninguna corriente, asegura Escribano, para quien la elección de la forma métrica era una forma de medirse como poeta, porque el soneto es una auténtica prueba de fuego.