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Sonidos y letras de color

REPORTAJE
Sonidos y letras de color

• Una de cada 20.000 personas tienen sinestesia, mezcla de sentidos por la que se ven sonidos o se huele al tocar
• La causa es el exceso de conexiones entre neuronas

David Cámara, la semana pasada en Madrid. Foto: DAVID CASTRO

LUIS MARCHAL
MADRID

David Cámara preguntó ¿de qué color es tu a? a su entonces novia, hace tres años. Estaban frente a la tele, veían un reportaje del programa Redes sobre la sinestesia. Tenía 24 años y se daba cuenta de que era sinestésico.
A los niños se les enseña a diferenciar los cinco sentidos: el tacto, la vista, el oído, el gusto y el olfato. Cuando se mezclan varios aparece el fenómeno denominado sinestesia. Esta facultad consiste en experimentar sensaciones de una modalidad sensorial (como la auditiva) a partir de estímulos de otra modalidad distinta (como la visual), según el departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada, el único especializado en este tema en España.

Tipos de sinestesia
El investigador Sean Day ha encontrado que la modalidad de sinestesia más común es cuando las palabras, las letras y los números son percibidos de un color particular. Alicia Calleja, investigadora de la Universidad de Granada, lo denomina audición coloreada y color-grafema. Es lo que le ocurre a David, que ve la palabra Barcelona gris oscuro casi negro, mientras que Tarragona la percibe de color rojo. Con el sonido de la palabra le da forma a las letras y las colorea, de modo automático e involuntario. Esto no le afecta para diferenciar el color real del inducido por la sinestesia. Otras personas que tengan la misma capacidad no tienen por qué verlas igual.
Que un sonido provoque una experiencia visual, que se distingan sabores al tocar objetos y que el dolor, según la intensidad, se perciba de distintos colores son otros casos. Simon Baron Cohen, psicólogo de la Universidad de Cambridge, ha encontrado que una de cada 20.000 personas es sinestésica. Por el momento, hay información sobre 100 casos en España, 20 viven en Catalunya.
Muchos de los sinestésicos no saben que lo son. Les parece una capacidad normal. David, cuando lo descubrió, pensaba que le pasaba a todo el mundo. Es más, los científicos sostienen que todos nacemos sinestésicos, con un exceso de conexiones entre neuronas, y, al crecer, cada área cerebral se especializa y dejamos de serlo.
Se supone que les inunda un sentimiento de tristeza. Sobre todo cuando perciben una incongruencia: palabra de un color pero escrita en otro. Me repele ver en una agenda que el lunes no es blanco. Si lo veo en mi color me agrada, comenta David. Asegura que no es una persona que tienda a la melancolía: soy como todo el mundo. La sinestesia también va unida a un alto nivel intelectual y especial capacidad artística, literaria y musical. Como ejemplo, Vladimir Nabokov y Stevie Wonder. David matiza: No me veo tonto, tampoco más inteligente que los demás. Calleja afirma que estas apreciaciones están basadas en observaciones aisladas.
Hay diferentes teorías sobre si es hereditario o no. El que se dé un caso en la familia facilita que haya más posibilidad de ser sinestésico. Además, se da más en mujeres que en hombres (seis mujeres por cada hombre). Cuando me enteré que era sinestésico llamé a mi familia. No le pasa a ninguno, ni a mi madre, dice David.

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