El incomparable marco patrimonial de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada fue uno de los escenarios escogidos en la visita a Granada de la quinta entrega de este «road movie» que actualmente se emite en La 2
La #UGR acompaña a la música en la grabación del nuevo programa de @la2_tve "‘Un país para escucharlo’ conducido por @ArielRotOficial. Gracias por elegir nuestra @FDerechoUGR como escenario de parte de este viaje al que auguramos un éxito rotundo. pic.twitter.com/2vUEhjUuwn
— Universidad Granada (@CanalUGR) January 24, 2019
El quinto programa de La 2 ‘Un país para escucharlo’ ha visitado esta semana Granada, con la cantante y compositora Anni B Sweet como anfitriona. De su mano, Ariel Rot ha conocido a artistas de diversos géneros musicales, como el indie de Antonio Arias y Lori Meyers, el flamenco de Soleá Morente y Marina Heredia o el pop-rock de Molina Molina.
Granada, ciudad de enorme tradición musical, en la que se han encontrado con veteranos ídolos del indie como Antonio Arias (091, Lagartija Nick) y Eric Jiménez (Los Planetas, Lagartija Nick). También se han estado con otros artistas de este género más recientes, como Lori Meyers y han conocido las nuevas tendencias del trap con Dellafuente.
En pleno barrio del Albaicín, han recordado a la saga de los Morente, de la mano de la hija que ha tomado con más convencimiento el testigo de Enrique: Soleá Morente. Marina Heredia y Pedro El Granaíno han hablado de la herencia del flamenco en las cuevas del Sacromonte: mientras que Vinila Von Bismark ha mostrado que otras simbiosis de estilos son posibles.
También se han abiero al joven pop-rock de Molina Molina en un viaje iluminado por el influjo de la Alhambra.
Puede ver la emisión completa en:
Sobre «Un país para escucharlo»
Ariel Rot está recorriendo a modo de road movie distintos puntos de la geografía española para encontrarse con sus músicos más representativos, desde los más apegados a la tradición de cada lugar a los más renovadores o sorprendentes. Escucharemos algunas de las canciones que ya forman parte de nuestra cultura y memoria sentimental, pero también los sonidos más inquietos y rompedores del presente y, por qué no, del futuro. Todo ello, asociado siempre a los lugares: entornos naturales inspiradores, edificios históricos y espacios sorprendentes, así como los que han contribuido a dinamizar el ecosistema musical de las ciudades: salas de conciertos, estudios de grabación, tiendas de instrumentos, estudios de lutieres o escuelas de música