Inicio / Historico

La tasa de mortalidad infantil en Granada era de las más altas de España a principios del siglo XX, según un estudio de la UGR

De cada mil nacimientos, doscientos se convertían en defunciones antes de cumplir el primer año de vida en la Granada de principios de siglo. Así, la tasa de mortalidad infantil en la provincia granadina era de las más altas de España en la época, según se desprende del estudio que acaba de publicar la Universidad de Granada en el libro que lleva por título: “La travesía de la población granadina por el siglo XX. De los vaivenes a la modernización demográfica.” El volumen, obra del profesor Juan López Doblas, se edita en la colección Biblioteca de Ciencias Políticas y Sociología.

La mortalidad infantil se mantenía entonces más escasa en las provincias catalanas, así como en Teruel, Alicante y Madrid. Por el contrario, los niveles más altos se padecían en el cuadrante noroeste de la península (con máximo en Orense), algunas provincias del sur (entre ellas Granada) y casos puntuales como los de Segovia o La Rioja, según se recoge en el libro del profesor Juan López Doblas.

Según Margarita Latiesa, profesora de la Universidad de Granada, autora del prólogo de este libro y directora de la tesis realizada por López Doblas, este texto permite clarificar y comprender, desde el ámbito de la Sociología, las claves de esta transformación: la evolución de la natalidad, de la mortalidad, y de la nupcialidad, referidas a Granada, Andalucía y España, al tiempo que relaciona estos caracteres con otros terrenos como la econo­mía, la política, la educación o la cultura.

Afirma, así, Margarita Latiesa Rodríguez, catedrática de Estadística, Métodos y Técnicas de Investigación Social de la Universidad de Granada, que, sin embargo, la sociedad occidental avanzada se caracteriza, ya a principios del siglo XXI, “por índices muy bajos de fecundidad, la elevación de la esperanza de vida para todas las edades hasta niveles que eran impensables en el pasado, la práctica erradicación de la mortalidad infantil, menores tasas de nupcialidad y el retraso en la edad en la que se contrae matrimonio, entre otras características.”

Frente a las ya citadas tasas de mortandad infantil de primeros de siglo, este libro desvela que a la altura del año 1975, la mortalidad infantil relativamente más alta se localizaba en provincias pertenecientes, en su mayoría, a dos grandes áreas de la península: el oeste y el sur. “Valores superiores al 20 por mil se daban en las cuatro gallegas –afirma López Doblas– gran parte de las de Castilla y León, algunas de Castilla-La Mancha, las dos extremeñas y, bajando al sur, Andalucía entera (quitando Sevilla), más Murcia. La peor de las si­tuaciones la padecía Ávila, con una tasa superior al 33 por mil, aunque también Palencia y Lugo (alrededor del 30 por mil). Frente a estas zonas deprimidas existía otra de mayor modernidad demográfica y menor sufri­miento poblacional: la mortalidad infantil más escasa, con tasas inferiores al 17 por mil, quedaba en toda la Comunidad Valenciana, Baleares, Ma­drid, Barcelona, así como en las provincias Zaragoza, Huesca y Cuenca. La población oscense tenía el privilegio de contar con el valor mínimo del país, el 11,81 por mil”.

Sin embargo, los datos de 1980 recalcan el fortalecimiento de la atención dispen­saba a la población infantil española. Todas las provincias, con la única excepción de Soria, habían conseguido disminuir la mortalidad de sus recién nacidos en un porcentaje más o menos elevado respecto a los niveles que conocían en 1975. Algunas como Salamanca, Segovia, Ávila, Guadalajara, Teruel, Cáceres y la propia Granada fueron las que más, pues llegaron a reducir sus respectivas tasas durante este lustro hasta menos de la mitad.

Para el autor del libro, Juan López Doblas, “en la presente obra se habla de cambios fundamentales en la institución de la familia, de dificultades para la consolidación laboral de los jóvenes, del retraso de la edad del matrimonio, de la disminución de la natalidad y su creciente postergación, de la mejora de las condiciones de salud de las personas, del felicísimo éxito que ha supuesto la reducción a estados crónicos de enfermedades que resultaban fatales en el pasado, etc. Después de haber leído tanto sobre estos asuntos y de haber inter­pretado infinidad de series de datos empíricos, he llegado a la conclusión de que mis propias circunstancias estaban mucho más sujetas a la diná­mica social de lo que podía imaginar. Todo ha ido transformándose, aun­que el día a día tratara de camuflarlo”.


Referencia: Prof. Juan López Doblas.
Dpto. de Sociología. Universidad de Granada.
Tfn: 958 248065 / 246198.
Correo e.: jdoblas@goliat.ugr.es