El proyecto de la estación de ferrocarril para Granada, que el pasado mes de enero consiguió la calificación de sobresaliente, contiene en su propuesta, que ha sido presentada con toda clase de planimetría y maquetas, 12.100 metros cuadrados para el núcleo central de la estación, aparcamientos que ocupan una superficie de 32.000 metros cuadrados, 6.500 de oficinas, y otras superficies dedicadas a instalaciones, áreas comerciales vestíbulos, salas, accesos, cafetería, restaurante, etc.
La autora del proyecto, Carmen Navas-Parejo ha tenido en cuenta el hecho de que el crecimiento urbano ha propiciado una “fagocitación” de la estación por parte de la ciudad. Esta absorción ha determinado una serie de relaciones con los bordes colindantes a la estación y su entorno. La propia situación de las vías, insertas en el casco urbano, ha provocado una interrupción de todas las comunicaciones viarias entre los barrios y las calles. El trazado ferroviario se ha configurado así como un espacio vacío al que se adosan estas “islas” autónomas, desligadas del funcionamiento de la ciudad: las instalaciones universitarias (Campus de Fuentenueva, paseíllos y complejo deportivo); Estadio de la Juventud, carbonería, instalaciones militares, barrio de Los Pajaritos e incluso una bolsa de vega que queda atrapada entre la bifurcación viaria. Espacios aislados que el proyecto planteado por Navas-Parejo vendrá a unir.
El soterramiento de las vías y la desaparición visual, que no física, del tren, hará que esas islas empiecen a perder su significado y su relación. Este es el punto de partida de la creación de la nueva Estación de Ferrocarril para el AVE. Más que un edificio, es una zona de encuentro y de relación. El espacio físico de la estación, lugar de entrada y salida de trenes y de pasajeros, se extiende a todo el entorno que lo rodea convirtiéndose en una zona de confluencia y de interacción social de personas y espacios con un elemento unificador: el verde, el parque en el que se engloba todo el proyecto. Una estación, según señala Navas-Parejo, que actúa como un virus: contaminando las distintas zonas; que se convierte en un gran parque que, “a modo de Jardín de las Delicias”, está planteado para incorporar en él todas las islas antes existentes para el disfrute del viandante.
La estación o parque artificial, siempre según la autora del proyecto, Carmen Navas- Parejo no se puede entender como un edificio aislado, sino “como un acontecimiento más dentro de este jardín, dibujando un nuevo paisaje” que se abre a unas impresionantes vistas de la ciudad: la Alhambra, Sierra Nevada y el Albayzín. El proyecto, señala Navas-Parejo, no surge “como un producto del contexto sino de un diálogo con él”; quiere ser, por una parte, una llegada en medio de un bosque, donde el cielo se filtra hasta las cotas más bajas, recortado por árboles artificiales. Actúa además como liberador de suelo, a partir del uso de sus cubiertas como espacio público. La estación contempla un puente sobre las vías que pone en contacto áreas de la ciudad -barrio de los Pajaritos y Campus de Fuentenueva- que se encontraban inconexas; integra una calle comercial cubierta, donde los locales se abren al interior y al exterior, con un funcionamiento independiente de la estación.
Para más información: Carmen Navas Parejo
Escuela Técnica Superior de Arquitectura
Universidad de Granada
Correo e.: littlecarmen2000@hotmail.com