Francisco Revelles Marín, profesor de la Universidad de Granada, ha patentado un nuevo invernadero que no necesita plásticos. Según el investigador «la invención se refiere a un tipo de invernadero en el que se pueden utilizar estructuras más sólidas, que no tienen que ser renovadas, como los plásticos. Así, se pueden hacer naves de obra, con ventanales por donde penetre la luz . El coste de estas naves, al principio puede ser mayor, pero no se necesitan rehacer cada cierto tiempo, con lo que, al final hay un gran ahorro. Tampoco se soporta un gasto grande de energía calorífica y agua».
Revelles pensó en este invento tras calcular que desde los años 70 la producción de invernaderos ha aumentado considerablemente «con la consiguiente subida en el mantenimiento y construcción». Según el profesor «España, aún teniendo una climatología favorable, se ve obligada a realizar importaciones hortofrutículas, de plantas decorativas y de esquejes de árboles, cuyo importe global se calcula en miles de millones de pesetas anuales. Uno de los países más beneficiados es Holanda, que aún teniendo un clima adverso exporta a España». Con esta invención Francisco Revelles pretende producir en España este tipo de plantas «y conseguir que las importaciones descienda al menos en un 50%». Algo que afirma sería posible, «ya que con este invernadero se puede controlar el ciclo completo de producción, cantidad de agua, temperatura… todo ello con los mínimos costes. Los métodos clásicos de invernadero necesitan como fuente de calor al sol, esto presupone tener que utilizar estructuras muy ligeras (plásticos), para poder captarlo eficazmente.
Los plásticos tienen que ser reemplazados como mínimo todo los años, e incluso más, con el consiguiente aumento de costo anual, sólo en este concepto. Por otro lado, en el invernadero clásico el calor lo reciben en mayor cantidad las hojas, donde es mucho menos necesario, que en las raíces, donde sí es necesario». Todo esto, según el investigador, » hace que la planta no crezca lo suficientemente rápido, por lo que la producción descienda y además, al tener las hojas mayor calor enferman». Este invernadero, que consiste, en una serie de cajas cuyas formas pueden cambiar y tener múltiples tamaños tanto en extensión como en altura, sería, según Revelles, «la solución». De este modo «cada una de estas cajas se caracteriza por presentar a todo alrededor un revestimiento aislante, el cual delimita un espacio interior (cámara interna) en el que se crea el microclima que rodea a las raíces de las plantas». Este invernadero patentado por Francisco Revelles podría ser la solución «al granizo, el viento y la importacia en de ciertas plantas; con al creación de más puestos de trabajo directos e indirectos en España».
Referencia: Francisco Revelles Marín. Departamento de Biología Celular.
Teléfono: 958 243516