Un proyecto pionero en restauración del medio natural del encauzamiento del río Genil, elaborado por los profesores Francisco Pérez Raya y Joaquín Molero, con la colaboración de José Antonio Hita, del Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de Granada, ha dado paso a los trabajos que en la actualidad se vienen ejecutando entre el puente de la Duquesa y la capital granadina, tendentes a la restauración del entorno natural del Genil.
Para ello, los investigadores han estudiado el medio físico del ámbito territorial de la actuación; los aspectos geográficos, bioclimáticos, biogeográficos, geológicos y edáficos; el medio biótico natural del ámbito territorial de la actuación, así como un catálogo florístico propuesto para la revegetación del territorio; agrupación de biotipos y cuenteo de ejemplares necesarios para la revegetación del territorio y planimetría: metodología y planos, etc.
Así, el proyecto, que incluye lechos inundables, taludes que son recorridos por carriles de bicicletas, taludes continuos, que no son interrumpidos por carriles, carriles peatonales y carriles de vehículos necesitó en primera instancia una inventariación de las especies y comunidades vegetales presentes en el tramo de río correspondiente, así como una evaluación ecológica de dichas especies y comunidades. Según los investigadores: «A partir de ese momento, nuestro trabajo se ha encaminado a la elaboración de un «Plan de Restauración» que agrupe todas las variables botánico-ecológicas propias del sistema fluvial, sin olvidar la flora y la vegetación de las zonas colindantes».
Un tramo de 6 Km.
El tramo de río aquí considerado se localiza al este de la ciudad de Granada, y constituye la zona de cauce que, en dirección este_oeste, finaliza la denominada «cuenca alta del río Genil» que discurre en la porción noroccidental de Sierra Nevada. Representa un tramo de aproximadamente 5.900 metros, que discurre por los términos municipales de Pinos Genil, Cenes de la Vega y Granada, incluyendo territorios de la zona nororiental de la hoja 1026 (Padul) del Mapa Topográfico de España a escala 1:50.000, y de la hoja 1027 (Güéjar_Sierra), está última representada por una pequeña porción territorial de su zona noroccidental, aguas abajo de la localidad de Pinos Genil.
Para los autores del estudio, «La originalidad florística de la vegetación de riberas, así como su mayor necesidad y tolerancia a la humedad del suelo, son elementos prioritarios a la hora de establecer una primera selección de las especies que se utilizarán en la restauración del medio, así como la distribución de las mismas en el curso del río y las técnicas que han de utilizarse para la plantación y para el mantenimiento posterior. Por tanto ha sido imprescindible un conocimiento exhaustivo de la vegetación ya existente de manera natural en el río, ya que son éstas las que se encuentran mejor adaptadas a las condiciones macro y microclimáticas del territorio, y por ello deben constituir el punto de origen para la selección de las especies que introducirán con posterioridad».
«Hemos establecido –dicen los investigadores–, para cada una de las condiciones ecológicas (lechos de inundación, taludes en diferentes niveles, viales, etc.), su relación entre la posición que ocupan y la que existiría de forma natural en base a la geo-serie edafo_higrófila mesomediterránea de la provincia corológica Bética (comentada anteriormente), de manera que hemos procurado que las especies sean introducidas en los puntos microclimáticos que más se aproximen a sus condiciones naturales».
En el proyecto se han tenido en cuentan, pues, dos cuestiones fundamentales a la hora de planificar el plan de restauración: «Cuáles son las especies que debemos utilizar y, en segundo término, cuál es el biotopo más adecuado para la plantación de dichas especies. A estas dos cuestiones hemos de añadir una tercera, de igual ó mayor importancia, si queremos tener confianza en el éxito de la revegetación: De dónde deben proceder los ejemplares que vayan a utilizarse en la restauración».
Viales y vegetación
Las viales de vehículos discurren generalmente por la zona exterior, acotando de forma lineal la actuación de la obra. Se trata de pistas elevadas y adecuadas para el paso de vehículos a motor que tienen la finalidad del acceso a las fincas colindantes. Los viales peatonales, como su nombre indica, están dedicadas al paso peatonal convirtiéndose así en los verdaderos paseos practicables del parque. Transcurren en la mayoría de los casos alternándose con los viales de vehículos y con anchuras similares a éstos, si bien las actuaciones en ellos, dado su uso, nos ha permitido un diseño diferente en todos los casos, pudiendo disponer las plantas con ordenaciones asimétricas más inspiradas en el ámbito natural que en la obligada linealidad de los viales de vehículos.
Los taludes de caída al cauce del río, transcurren paralelos a éste por ambas orillas, y se presentan como zonas que separan los viales para vehículos y peatonales de la zona inundable. Las zonas inundables se han denominado como las zonas más bajas y llanas que se encuentran inmediatamente a cada lado del cauce fluvial.
En cuanto a la vegetación, el proyecto propone la plantación de 6.130 árboles, 11.704 arbustos, 34.779 plantas aromáticas, 36.750 tapizantes y la plantación de 1.116 kilos de semillas.
Referencia: Francisco Pérez Raya. Departamento de Biología Vegetal. Universidad de Granada