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Se creará un sendero y se recuperará el entorno natural en la margen del Genil, entre la circunvalación y el río Dílar

La creación de una «línea verde» que enlace el cauce del Genil y la Vega, corrija el impacto visual producido por el encauzamiento del río, y sirva como sendero de esparcimiento, que contará con vía peatonal, carril-bici, y áreas de descanso y miradores, es el objeto del proyecto de intervención paisajística elaborado por un equipo de la Universidad de Granada conformado por Joaquín Molero Mesa, Manuel Casares Porcel y José Tito Rojo, con la colaboración, en lo referente a la obra civil, de Miguel Ángel Casares Porcel y Fernando Lara Díaz y, en el área de riego, la empresa Tecnopaisajes, con la asistencia de los técnicos municipales.

El proyecto, promovido por el Ayuntamiento de Granada, considera, en todo caso, lo dispuesto en el reglamento del dominio público hidráulico sobre las zonas de servidumbre y policía de los cauces, por el que es obligado mantener en las inmediaciones del cauce una zona de paso. Partiendo de estas premisas, el proyecto, que será ejecutado por el Ayuntamiento de Granada, propone el desarrollo de amplio un programa de actuaciones para regenerar el deterioro paisajístico del borde del río –hoy un erial convertido literalmente en basurero–, y evite que los terrenos colindantes al río se conviertan en parcelas industriales o urbanas.

La base de la intervención consiste en la transformación de la margen derecha del río Genil –la margen izquierda está ocupada en su totalidad por una carretera, por lo que las intervenciones se concentran en la orilla derecha–, cuyo espacio se ha visto alterado por el muro de encauzamiento, para convertirla en un área de expansión que aproveche la proximidad a la ciudad y las posibilidades paisajísticas de la vega.

La margen deracha es, en la actualidad, una barrera de unos 3 m de altura sobre los terrenos de cultivo y unos 14 m de anchura, comprendiendo lateralmente un talud que la separa de la vega y otro del cauce del río.

Según los responsables del proyecto, entre las actuaciones previstas se propone «la adecuación de los taludes actuales plantando especies vegetales, mayoritariamente autóctonas, que les devuelven, en la medida de lo posible, un aspecto natural, inspirado en la vegetación de los márgenes fluviales, para el talud interior, y en los setos vivos de separación de parcelas en la Vega, para el talud externo».

El proyecto, que considera el desarrollo de una doble senda para bicicletas y peatones que discurre por la margen derecha hasta el final del término municipal, recoge el diseño de los carriles «de la forma más natural posible, discurriéndolos entre vegetación arbustiva y arbórea, y utilizando los árboles para crear la conexión con la vega, manteniéndolos a una distancia de más de 5 m del cauce como indica el reglamento de uso público hidráulico»

Los carriles, que permitirán su utilización para las labores de vigilancia, mantenimiento del cauce y conservación de la propia actuación paisajística, se han concebido, a decir de los respondables del proyecto «como dos sendas ligeramente sinuosas que discurren por encima de la obra de contención apoyándose en la construcción existente. Se pretende que los carriles sean utilizables la mayor parte del año para lo cual se establece un diseño vegetal que proporcione sombra durante el verano y permita el paso del sol en invierno».

Un talud en la vega actuará como una conexión natural entre la zona de intervención y la vegetación de cultivos y setos vivos tradicional de la vega, en el dominaran los árboles caducifolios y fundamentalmente el chopo, que formará una alineación irregular pero continua que reproduzca las galerías que acompañan a los cursos de agua de la vega y sirva de testimonio visual de la intervención. Advirtiéndose desde cualquier punto elevado de la ciudad. Acompañando a los chopos se incluirá una pequeña proporción de otras especies también típicas de cultivo en la vega, como: almeces, membrilleros, higueras, etc., y, esporádicamente, elementos propios de los setos. Asimismo, según indican los científicos autores del proyecto, «la vegetación será lo suficientemente tupida como para dar una sensación de continuidad pero lo suficientemente dispersa como para no interrumpir la vista de la vega sobre todo, en aquellos puntos donde el panorama es interesante».

Se crearán islas de vegetación, setos y una mediana de separación entre los dos carriles, que estará formada por un seto bajo y estrecho de aromáticas y lirios que impida la invasión de la calzada peatonal por los ciclistas y viceversa. La mediana sólo se interrumpe en las zonas de descanso para permitir el acceso a pie desde la calzada de bicicletas.

En la zona de conexión del margen con el cruce de la circunvalación, donde proyecta un enlace con el actual «carril bici» y una zona de aparcamiento para facilitar la llegada y aproximación. Se convierte en un nudo de carriles peatonales y bicis que se ha estudiado de forma que su mantenimiento sea mínimo, con una pradera rústica y árboles. Igualmente se considera el diseño de pantallas vegetales de chopos y otras especies para corregir impactos visuales negativos en la zona inmediata a los paseos.


Referencia:
Joaquín Molero Mesa
Manuel Casares Porcel
José Tito Rojo
Teléfonos: 958 243915 / 958 243916