Inicio / Historico

Medidas contra la sequía

La ausencia de precipitaciones vuelve a poner en la cuerda floja a uno de los recursos más importantes del ser humano: el agua. El pasado otoño y esta primavera han sido las estaciones más secas que se recuerdan de los últimos cincuenta años e inevitablemente surgen las mismas preguntas de siempre: ¿Estaremos asistiendo a las primeras consecuencias del cambio climático? ¿Se avecina un nuevo ciclo de sequía? ¿Se podrían haber tomado medidas para evitar esta situación? Los expertos intentan responder a estas cuestiones basándose de la experiencia de situaciones pasadas para comprobar que la sequía suele darse cíclicamente en periodos de 11 y 18 años mientras que la Unión Europea anuncia una política que establece que en 2010 cada usuario deberá pagar la totalidad de los costos ocasionados por el agua que utiliza.

¿Hasta que punto el uso irracional del agua y el efecto invernadero provocado por el hombre son responsables de la sequía? El Catedrático de Geodinámica Externa y exdirector del Instituto del Agua de la Universidad de Granada, Javier Cruz San Julián responde a esta incógnita lanzada en los últimos días por un amplio sector de la sociedad explicando que no hay que ser alarmista ya que aunque efectivamente la acción del hombre puede intervenir en estos procesos naturales, la sequía es fundamentalmente una consecuencia normal de la variabilidad meteorológica que caracteriza al clima mediterráneo.

En este sentido recuerda la situación que se vivió en España en la década de los noventa: “Granada sufrió durante 15 años, desde 1980 a 1995 precipitaciones por debajo de la media, hasta el punto de que esa severa sequía redujo hasta un límite crítico la disponibilidad de recursos hídricos. En aquel momento también saltó la alarma y comenzaron a hablar de cambio climático y mi respuesta volvió a ser la misma, además de que nuestro clima es muy irregular las sequías se suelen producir tras un periodo de once años, así que si la última fue en el año 1995 no sería nada extraño que estemos siendo testigos del inicio de un ciclo seco que podría continuar en los próximos años”.

La periodicidad con la que se producen estos ciclos se debe, según Cruz San Julián, en primer lugar a las fluctuaciones en la actividad en la superficie solar, que se manifiestan en el incremento periódico de la intensidad de las manchas solares “algo que no nos es ajeno porque desequilibran la atmósfera”. Pero también se suelen producir tras periodos de 18 años, en este caso producidos por el cambio de la posición del eje de la órbita lunar con respecto al ecuador del Sol.

Pese a los datos que apuntan a fenómenos naturales como causa de las sequía, el ex –director del Instituto del Agua insiste en que hay que preocuparse y tomar medidas porque la acción del hombre puede a fin de cuentas incidir en que un periodo seco sea o no catastrófico y añade que hay determinadas cosas que deben hacerse siempre, haya o no problemas de sequía, como “el uso racional del agua, evitar los despilfarros y el diseño de estrategias que permitan el aprovechamiento óptimo de los recursos”.

Medidas en la agricultura
También hace alusión a una de las pincipales perjudicadas por la escasez del agua: la agricultura, que es a su vez la mayor consumidora de este recurso, de hecho es la responsable del 80% del consumo en España. “Por eso, y aunque las medidas de ahorro deben tomarse también en el uso doméstico y urbano, más importantes son sin duda las que se refieren al consumo principal, que es el agrícola: hay que implantar riegos económicos por goteo y hacer una planificación adecuada del tipo de productos que hay que cultivar para huir de aquellos que requieren un alto consumo.

En cuanto a la desalación como medida para hacer frente al problema de la sequía, el geólogo afirma que es evidente que la desalación es un sistema más dentro del uso responsable de los recursos. Aunque también es evidente que no se puede contemplar como la única solución, pese a haberse convertido en una respuesta ideal en algunas zonas como Canarias. “La desalación no es ninguna panacea, entre otras razones, porque es evidente que consume energía y no parece que nos podamos permitir la alegría de plantear, en estos momentos, una solución basada en un sistema con un alto consumo energético, todo ello al margen de que, además, el abuso de esta medida pude afectar a la riqueza ecológica marina”.

Por otro lado, Cruz San Julián, que el próximo mes de julio dirigirá el curso dentro de las actividades programadas por el Centro Mediterráneo en Lanjarón, hizo alusión a la medida que la Unión Europea anunció en la década de los 90 en relación al cobro de todos los costes ocasionados por el agua que se utiliza, desde la construcción y el mantenimiento de infraestructuras hasta la potabilización o el tratamiento de las aguas residuales, y señaló que, si finalmente se lleva a cabo, el resultado de esta política “será más que positivo, porque ayudará a que el usuario se conciencie de una vez que hay que racionalizar de forma inteligente un bien escaso como es el agua”.

Referencia
Prof. Javier Cruz San Julián
Dpto.Instituto del Agua .
Tlfs. 958 24 80 20 (directo) / 958 24 33 56
Correo e. jjcruz@ugr.es