Científicos del Grupo de Investigación Ciencias del Suelo y Geofarmacia de la Universidad de Granada, que dirige Rafael Delgado, han descubierto y caracterizado un nuevo tipo de aerosoles atmosféricos que han denominado ‘iberulitos’, y que podrán servir para estudiar relevantes reacciones atmosféricas desde la Tierra.
Los investigadores José Luis Díaz Hernández, del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica (IFAPA) y Jesús Párraga Martínez, del Departamento de Edafología y Química Agrícola de la Universidad de Granada, destacan que estos iberulitos se forman en la troposfera a partir de los granitos minerales que son emitidos desde los suelos del desierto y regiones afines, irrumpen en la atmósfera de manera caótica, captan vapor de agua que se condensa sobre ellos y forman pequeñas gotitas de lluvia. «Como es sabido –apuntan los científicos-, el Sáhara es un potente emisor de polvo atmosférico, que viaja hasta el Amazonas y regiones caribeñas, incluida Florida, y también llega hasta el Norte de Europa, Israel e incluso hasta el Himalaya. Estos granitos minerales, que contienen hierro, calcio, azufre, y a veces fósforo, fertilizan los suelos, bosques y el plancton de los océanos, lagos y mares por donde pasan.»
Arrastradas por el aire
Estas gotitas de agua y polvo mineral, van creciendo de tamaño al chocar con otras y capturar más polvo, y se ven sometidas a procesos hidrodinámicos característicos. Una vez secas, son arrastradas por potentes corrientes aéreas. Durante todo ese trayecto -que puede durar varios días- se producen simultáneamente en los iberulitos una serie de reacciones fisicoquímicas atmosféricas y procesos, como la incorporación de SO2 procedente de áreas volcánicas (Canarias), o la adhesión de organismos planctónicos, virus y sales marinas en la superficie del iberulito inmaduro cuando se acercan a la zona atlántica de Portugal, Marruecos y el Golfo de Cádiz. Las imágenes de los iberulitos por microscopía electrónica, realizadas en el Centro de Instrumentación Científica de la UGR, son muy novedosas y dan cuenta de ello.
Los procesos hidrodinámicos generados mecánicamente en esas minúsculas gotas de agua con polvo, van modelando la forma de ese artefacto, hasta que se convierte en una partícula nueva de aerosol atmosférico llamado iberulito que presenta un vórtex y lo asemeja a una micromanzanita (microesferulito). Los descubridores apuntan que, por supuesto, “el hecho de recogerlos en Granada no excluye que, debido a la gravedad, los más grandes también caigan a la superficie terrestre antes de llegar aquí”.
Novedad del descubrimiento
Este descubrimiento ha sido publicado recientemente en la prestigiosa revista «Geochimica et Cosmochimica Acta«, una de las revistas de mayor índice de impacto en el grupo Geochemistry & Geophysics del Journal Citation Reports.
La importancia del hallazgo, comenta el profesor Párraga, es que “la atmósfera nos envía un ‘regalo’ manufacturado por ella, que nos dice que las leyes de la naturaleza son capaces de sacar del caos formas muy bellas y estructuradas internamente a pesar del régimen turbulento en que se crean”.
En esta investigación, que ha durado seis años, por una parte se han desvelado completamente los mecanismos de formación de los iberulitos (acotando las dimensiones máximas y mínimas), y por otra parte queda la duda, de que éstos podrían servir como marcadores ambientales o paleoclimáticos, o cambiar los modelos de transferencia radiactiva de la atmósfera. Incluso, se deberían tener presentes en los procesos formadores de los suelos mediterráneos, pues la tasa anual de incorporación de polvo a los suelos en esta zona, es de aproximadamente 23 gramos por metro cuadrado y año. “Ésta podría ser otra de las razones que hacen que los suelos mediterráneos sean muy diferentes de otros suelos del mundo”, explican los autores.
Por último, los científicos concluyen el trabajo afirmando que los iberulitos “son la evidencia tangible de la teoría hidrodinámica aplicada a las interacciones de gotas de agua y partículas de polvo, que dan origen a unas morfologías con un vórtex que hasta ahora han sido confinadas y explicadas en estudios de laboratorio”.
1: Conjunto de Iberulitos observados con microscopio óptico. Destaca el color rosáceo, la forma de esférula (microesférula) y el vórtice (Iberulito inferior).
2: Iberulito observado con microscopio electrónico (SEM).
Referencia:
– José Luis Díaz Hernández. Área de Recursos Naturales del IFAPA (Junta de Andalucía). Teléfono: 958 895310. Correo e-: josel.diaz@juntadeandalucia.es
– Jesús Párraga Martínez. Departamento de Edafología y Química Agrícola de la Universidad de Granada. Teléfono: 958 246381. Correo e-: jparraga@ugr.es