Matthias Staudt ha realizado un exhaustivo trabajo de homogeneización de los registros de temperaturas de la Península Ibérica en los últimos ciento treinta años. Lo más llamativo es el aumento de las temperaturas mínimas. Las Mesetas son el espacio más representativo climáticamente de la mayor parte peninsular, si las tomamos como referencia, según los datos sistematizados por Staudt, las mínimas españolas han subido alrededor de un grado desde los primeros treinta años del siglo XX hasta las últimas tres décadas del mismo.
El aumento de las temperaturas máximas es menor y más irregular que el aumento de las mínimas, que han subido en todas las regiones en las que se divide el mapa climático nacional, especialmente en los Valles del Ebro y del Guadalquivir, un grado y medio. Ciudades como Sevilla han visto como sus mínimas han crecido en los últimos años en 2 grados centígrados. Corregido el denominado efecto urbano, propio de las ciudades grandes y medias, la subida es de 1,6 grados. En las costas mediterránea y cantábrica, el calentamiento es menor.
Según los datos de que disponen los expertos, la temperatura media del planeta se incrementó de forma considerable en el último siglo. En concreto de 1880 a 2000, una media de 0,7 grados centígrados. “La tendencia encontrada en la Península Ibérica coincide con la global (a nivel planetario) y se observa sobre todo en los últimos treinta años”, señala la Dra. María Jesús Esteban Parra, directora de la tesis junto a la Dra. Yolanda Castro Díez. Para llegar a esta conclusión, los científicos del grupo de investigación de Física de la Atmósfera de la UGR han tenido que hacer una importante sistematización de la calidad de los datos de los que dispone el Instituto Nacional de Meteorología, desde la década de los setenta del siglo XIX.
Tras una introducción a la variabilidad climática de la Península, se han catalogado cuarenta y cinco series temporales españolas originales promediadas mensualmente. La tarea no es fácil. “A veces, los observatorios desde donde se toman las temperaturas cambian de sitio, o las medidas se ven afectadas por diversos factores no meteorológicos, como prácticas de urbanización. Si estas modificaciones no se tienen en cuenta y no se corrigen, los datos afectados no son comparables con los anteriores”, explica el doctor Staudt.
Por tanto, “este trabajo es esencial porque si no se realiza esta homogeneización, no se pueden sacar conclusiones acerca del cambio climático”, concluye la profesora Castro. Para profundizar en la climatología, se investigan variables como las horas de sol, la nubosidad y sus vínculos con las temperaturas. La disparidad globalmente típica en el comportamiento de las máximas y mínimas desaparece a partir de 1970. Así, en los últimos treinta años, los dos tipos aumentan de forma clara, mientras que la nubosidad decrece, lo que parece indicar un aumento del carácter subtropical del clima peninsular.
Imágenes anexas
1. Mapa de la Península Ibérica dividida por regiones climáticas
2. Gráfico con la evolución de las temperaturas mínimas en las Mesetas
Referencia:
Prof. Yolanda Castro Díez.
Departamento de Física Aplicada
Teléfono: 958 244023.
Correo e: ycastro@ugr.es
Dr. Matthias Staudt.
Teléfonos: 958 242928 – 658 47 92 30.
Correo e: mstaudt@ugr.es