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Gaudí se inspiró en la Alhambra para la construcción de algunos de sus edificios

El curso ‘Métodos Matemáticos aplicados a la Arquitectura y la Ingeniería’ que se celebra en la Casa de la Cultura de Almuñécar ha dedicado una ponencia a la celebración del 150 aniversario del nacimiento de Gaudí. Polémico y genial, querido y al mismo tiempo denostado por sus compañeros, pasa por ser uno de los mejores arquitectos del siglo XX.

El profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Granada, Rafael Pérez Gómez, lleva varios años estudiando la relación entre las matemáticas y el arte, y centra gran número de sus investigaciones en la Alhambra de Granada. En su conferencia comentó que «hay una evolución muy marcada desde las primeras obras de Gaudí, como la Casa Vicens, que tiene una clara inspiración en el arte islámico, en particular en la Alhambra, aunque más fuerte e interesante es la influencia en el Palacio Güell y la Sagrada Familia».

Gómez mantiene que «la Casa Vicens, de arquitectura muy sencilla, tiene una decoración exterior en cerámica vidriada que se basa en uno de los muchos frisos que hay en la Alambra, con una pieza básica con forma de cohete (vero) que al girar se convierte en cilíndrica, y que constituye las torretas del edificio, jugando con muros y la luz en los huecos».

El Palacio Güell y el Palacio de Comares

«La organización del edificio, en cuanto a espacio arquitectónico se refiere, sigue las pautas que se pueden ver en el Palacio de los Leones, en el que hay un espacio central que es el que tiene el peso de toda la arquitectura», apuntó. Además, en el Palacio Güell hay unas caballerizas en el sótano, dotadas de unos respiraderos para malos olores y ventilación. Gaudí soluciona este problema arquitectónico, según el profesor, «exactamente igual que los respiraderos de humo de los baños del Palacio de Comares». En la zona templada lo que se hace es calentar el suelo de mármol poniendo leña debajo, y los humos de la combustión salen entre los muros, donde se establecen chimeneas. «Igual en el Güell», comenta Pérez, «donde las chimeneas van entre los muros y en la terraza son rematadas como pináculos».

«Es más, en los baños del Palacio de Comares hay unas cubiertas con unas claraboyas para que entre la luz y graduar la temperatura y la cantidad de vapor del baño. Esa misma cubierta es la que hace en el palacio Güell, que se articula alrededor de una escalera noble y un gran hueco que va atravesando todo el palacio hasta que se remata en esa cubierta en la que aparecen unas claraboyas del mismo estilo de las del palacio de Comares, esto es, iluminación cenital en le edificio, exactamente igual que en la arquitectura islámica», apostilló Pérez.

La Sagrada Familia y el Patio de los Arrayanes

De un lado, comentó, «las epigrafías en las torres de los evangelistas recuerdan las de la Alhambra, de cuyos muros se dice que hablan». «Gaudí concibió esta iglesia como un espacio natural: las columnas son árboles, que nacen hacia un cielo que es la gran cubierta de la Sagrada Familia en la que vuelve a reproducir esa luz cenital en las claraboyas como si fuese el firmamento».

Las columnas tienen una base que es de distintos tipos, exactamente igual que la lacería de la arquitectura islámica. La de ocho lados es un sello de Salomón en su base, con los vértices limados, ajustando a un arco de parábola. A partir de ahí, con un sistema de doble giro se va elevando metro a metro, hasta que el la parte superior aparece una columna dórica, prácticamente circular. La planta de la Sagrada Familia está modulada en una cuadrícula perfecta con módulo de 7.5 metros, y todas estas columnas con el sello de Salomón. «En la Alhambra hay un mosaico, en el Patio de los Arrayanes, que está hecho a base de unas bandas blancas que dejan cuadrados en su interior, y en los cruces hay un sello de Salomón: ese mosaico, visto en tres dimensiones, es la planta de la Sagrada Familia».

Gaudí visitó la Alhambra en el año 1892, acompañado por el Marqués de Comillas, como consta en una carta del que fuera uno de sus mecenas.


Referencia: Rafael Pérez Gómez
Profesor titular del Departamento de Matemática Aplicada, E.T.S de Arquitectura. Universidad de Granada.
Tlf: 958 243361