En su trabajo, los investigadores determinan que los pequeños desplazamientos producidos por estas fallas pueden haberse debido bien a terremotos de magnitudes moderadas generados por ellas mismas, o a movimientos ocasionados por terremotos de gran magnitud generados por otras fallas del mismo sistema. “Ambos supuestos –aseguran los responsables de la investigación– son posibles ya que la orientación y régimen de las fallas de la Alhambra es coincidente con la directriz regional de mayor actividad sísmica en la depresión de Granada.
No obstante, el riesgo sísmico ligado a estas fallas debe ser moderado, como prueba el hecho de que existan daños históricos, reseñados en diversos documentos, en el recinto de la Alhambra. En este sentido, debe tenerse en consideración que la Alhambra, ubicada sobre una formación rocosa escasamente cementada, “atenuaría el efecto local de la amplificación de las ondas sísmicas respecto al producido en los suelos ubicados en el centro de la depresión de Granada. Y, por último, no debe ignorarse el efecto de estas fallas como discontinuidades mecánicas que pueden reducir la estabilidad del macizo rocoso produciendo daños en las construcciones ubicadas sobre él”.
Según Jose Miguel Azañón, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, y del Departamento de Geodinámica de la Universidad de Granada, “en la ladera norte de la colina de la Alhambra desde el Tajo de San Pedro hasta la Fuente del Avellano se reconocen un buen número de fallas normales, y en todos los casos las estrías se orientan según la línea de máxima pendiente del plano de falla, por lo que no cabe atribuir ningún salto lateral a estas fallas. Los saltos de estas fallas están comprendidos entre algunos centímetros y la decena de metros”.
Para los investigadores, “en el Tajo de San Pedro, existe una falla de esta familia coincidiendo con la arista del diedro, la cual tiene un salto mínimo de unos 3.5 metros y es aproximadamente paralela al lado occidental del tajo.”
La actividad de estas fallas, a decir siempre de los autores del estudio, es posterior al depósito de la Formación Alhambra, es decir, posterior al Pleistoceno inferior, si tomamos el rango de edades más jóvenes propuestas. En cualquier caso, es razonable atribuir a estas fallas una actividad cuaternaria o incluso actual, ya que no aparecen fosilizadas por ningún depósito. Su funcionamiento, pues ha podido ser cosísmico, de modo que las fallas acumularían desplazamientos importantes como consecuencia de terremotos repetidos a lo largo del tiempo. “En nuestra opinión –afirman– las fallas más importantes de este sistema, aparte de la del Tajo de San Pedro, estarían situadas sobre los escalones topográficos que se observan en toda esta zona de borde de la Depresión de Granada”.
B>Para más información: Prof. José M. Azañón
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