“Para un desarrollo sostenible del golf debemos buscar fórmulas que conjuguen de manera adecuada la sensibilidad por los procesos ecológicos, el desarrollo de una economía eficiente, y el respeto por la sociedad y la cultura receptora”. Esta podría ser la principal conclusión del exhaustivo estudio realizado por José Luis Paniza en torno a la práctica del golf en Andalucía. Según este sociólogo de la UGR, es precisa la adaptación de esta actividad deportiva a la realidad socioeconómica de cada zona.
En el ámbito social, las líneas políticas de la Federación Española de Golf abogan por una democratización del mismo, es decir, por una popularización o extensión de la práctica del golf a la mayoría de la población. También mantienen esta postura Manuel García Ferrando, sociólogo de la Universidad de Valencia, y director de la tesis, junto a la profesora Margarita Latiesa, de la UGR.
En las más de 800 entrevistas realizadas en Andalucía para elaborar este estudio, tanto jugadores como no iniciados destacan el componente natural de este deporte. “El campo de golf para ellos es naturaleza, aunque paradójicamente es artificial, y más de la mitad de los no jugadores opina que preserva el medio ambiente”, señala Paniza, “pero por parte de las instituciones públicas y privadas relacionadas con el golf existe una escasa comunicación de los logros medioambientales que se producen en el mundo del golf”.
Práctica elitista
La etiqueta de elitista continúa estando en el imaginario colectivo de la población, ya que aunque el golf se abre a más sectores de la población, éste tiene determinados rasgos -gran inversión de tiempo, utilización de muchos elementos en su práctica, existencia de numerosas reglas, etc. que lo identifican con aquellos deportes practicados tradicionalmente por las clases altas.
Más de la mitad de los entrevistados ven en estas empresas una excesiva preocupación economicista y poca atención al medio ambiente. Sin embargo, según Paniza, los esfuerzos ambientales son considerables. “Muchos campos ya están siendo regados con agua reciclada, y el consumo de agua, fertilizantes y fitosanitarios se está reduciendo considerablemente”.
“En países como Estados Unidos, existen campos no sólo privados y comerciales, sino que aparecen nuevas formas de gestión que pretenden proveer de golf barato a sus usuarios. Así, existen campos públicos, rústicos y sin ánimo de lucro”, explica el sociólogo de la UGR. Sin embargo no parece claro que ésta vaya a ser la tendencia en España. En este estudio financiado por la Consejería de Turismo y Deporte, se señala que Andalucía cuenta con más de 60 campos, de un total de 245 campos existentes en España. Y que, según la consultora especializada Aymerich Consulting, para cubrir la actual demanda de golf en Andalucía sería necesaria la creación de 100 campos más, “aunque la gran mayoría de estos campos no tendrán una necesaria vocación popular”, concluye Paniza.
Más información: Prof. José Luis Paniza Prados. Departamento de Sociología.
Teléfono: 958 246198.
Correo e: jpaniza@ugr.es