Un viaje responsable con el medio ambiente, para disfrutar, apreciar y estudiar la naturaleza al tiempo que se promueve su conservación, con un bajo impacto ambiental y cultural. Así se podría definir el ecoturismo, una práctica que cada vez atrae a más gente, interesada en dar a su tiempo libre una dimensión distinta, alejada del concepto de turismo masivo que ha sido tan frecuente en las zonas de desarrollo costero.
Se trata de andar por el campo, hacer senderismo, observar la fauna y la flora típicas del lugar, en una actividad en la que no queda excluida la población local, que suele desempeñar una función constructiva y no quedar fuera de la gestión. Para ver cómo está evolucionando esta práctica, Inmaculada Puertas eligió Cabo de Gata, en Almería, y los Bañados del Este, en Uruguay. Son dos parajes muy alejados pero con características similares, que han sido reconocidos por la ONU como Reservas de la Biosfera.
Bajo la dirección de la profesora Margarita Latiesa, del Departamento de Sociología de la Universidad de Granada, ha observado las coincidencias y las diferencias en la gestión del ecoturismo y, sobre todo, en la manera de disfrutarlo por parte del turista. Su perfil es similar en ambos casos. Es prácticamente igual el número de hombres que de mujeres, con una edad media en torno a los 37 años, con una formación académica elevada y unos ingresos superiores a la media.
Según las encuestas que se han pasado aleatoriamente en ambos lugares, estas personas suelen realizar el viaje acompañados de “amigos”. En el caso de los entrevistados en Almería, optan en igual medida por hacer el viaje con su “pareja”. La valoración final de la actividad suele ser muy positiva porque “una amplia mayoría, independientemente del lugar, recomendaría a sus familiares y conocidos la visita a estas reservas”, explica Puertas.
Fuerza económica
En cuanto a la implicación de la población local, se observa una mayor implicación de los agentes sociales en el caso de Rocha, en Uruguay. Demuestran un mayor interés por el visitante, intentando ayudarle en todo lo que precisa, en la conciencia de que el ecoturismo es una potente contribución para el despegue económico de la zona. La protección legal también varía. Mientras en Cabo de Gata está bien definida, en los Bañados del Este existe cierta confusión. Recientemente, ha aparecido una ley sobre áreas silvestres que no soluciona todos los problemas.
La época elegida por los ecoturistas para salir a disfrutar de la naturaleza es la primavera, de octubre a diciembre en Uruguay. La oferta turística es muy heterogénea. Varían notablemente los recursos materiales y las infraestructuras, que en España son mejores. Sin embargo, la base es la misma. Las características naturales son muy similares, con zonas de costa, sierra y lagunas. Y también la contaminación paisajística. En Almería y en Rocha se pueden observar “construcciones prohibidas que rompen el paisaje. En Cabo de Gata, hay muchos invernaderos y en Uruguay edificios en la playa, algunos de los cuales ya han sido demolidos”, afirma Puertas.
Más información:: Inmaculada Puertas. Departamento de Sociología.
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