El grupo “Control de calidad nutricional, analítica y toxicológica de alimentos y bebidas”, del Departamento de Nutrición y Bromatología de la facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, lleva varios años intentando establecer nuevos índices de envejecimiento para garantizar la autenticidad de las bebidas alcohólicas. Según Marina Villalón, miembro de este grupo de investigación, “trabajamos en el establecimiento de pautas claras para detectar los fraudes en la movida granadina o en otros lugares donde existen afluencia masiva de público y en los que se puede vender el llamado garrafón”. Una bebida que pese a tener una composición dudosa se encuentra en una situación de vacío legal, “ya que la legislación hace que estas bebidas se enmarquen dentro de unas pautas tan amplias que en los controles aparecen como no adulteradas”.
Esta complicada situación se puso de manifiesto “hace varios años cuando descubrieron una fábrica clandestina en la localidad de Jun (Granada). Las bebidas que la Guardia Civil incautó, según la normativa española estaban dentro de la ley, el problema era la falsificación y demostrarlo”.
Este grupo de investigación granadino pretende encontrar con su trabajo nuevos marcadores que demuestren de forma clara la diferencia entre bebidas alcohólicas realmente envejecidas y aquellas falsificaciones que imitan el tratamiento. “El problema es que al mezclar determinados compuestos el resultado puede ser muy parecido y en la mayoría de los casos no atentan contra la salud, pero sí contra el bolsillo de los consumidores. Y es que en algunas ocasiones estas redes ilegales suelen ser tan fuertes que llegan a vender sus productos incluso a grandes superficies”.
Para más información: Marina Villalón Mir. Departamento de Nutrición y Bromatología. Teléfono: 958 243864. Correo e.marinavi@ugr.es