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Una de cada siete personas es analfabeta

De los 880 millones de analfabetos adultos contabilizados en el mundo, 500 millones son mujeres. Según Kofi Annan, secretario general de la ONU, el Día Internacional de la Alfabetización es “un recordatorio anual de una desigualdad fundamental que subsiste en nuestro mundo en vías de globalización. La alfabetización es indispensable para el desarrollo y la salud de las personas, las comunidades y los países. Se trata de una condición imprescindible para la participación eficaz de la gente en el proceso democrático. Constituye la base de la comunicación y la literatura escritas, que desde hace mucho tiempo han sido el principal medio para tomar conciencia de las demás culturas y comprenderlas. Y, a la vez, es la forma más valiosa que tenemos de expresar, preservar y cultivar nuestra diversidad e identidad culturales. En pocas palabras, la alfabetización es un requisito previo para la paz”.

La Universidad de Granada, desde su Centro de Iniciativas de Cooperación al Desarrollo (CICODE) ha intentado aportar su “granito de arena” en la erradicación de este problema. Así, en sus 3 años escasos de actividad, ha financiado, en colaboración con otras instituciones públicas y privadas, un total de 7 proyectos de cooperación al desarrollo que inciden de manera directa o indirecta sobre el fomento de la educación para todos y la erradicación del analfabetismo en Madagascar, Perú, Mozambique, Bolivia, Marruecos y Albania. Si bien se trata de actuaciones muy modestas, deben servir para ayudarnos a no olvidar que aún hoy, cuando en el primer mundo nos debatimos entre los efectos nocivos de los virus informáticos y el acceso a la información digital, todavía más de 1.000 millones de personas no pueden ejercer uno de sus derechos humanos más elementales, el derecho a la educación.

Según los responsables del CICODE, la directora Amparo Ferrer Rodríguez, y el subdirector Jesús López Megías, “Con la celebración del Día Internacional de la Alfabetización, el 8 de septiembre, se quiere recordar que, aunque la humanidad ha logrado un progreso espectacular al respecto, todavía queda lejos el objetivo de la alfabetización universal imprescindible para disfrutar del derecho inalienable de toda persona a la educación”.

Según datos recientes elaborados por la UNESCO (Informe de Seguimiento de la Educación Para Todos –EPT- en el Mundo, publicado en 2002), en la actualidad hay unos 115 millones de niños en edad escolar que no cursan estudios escolares, el 56% de ellos niñas, y aproximadamente 862 millones de personas adultas consideradas analfabetas, de las cuales 2 de cada 3 son mujeres.

A pesar de los recientes impulsos que las Naciones Unidas han liderado por conseguir la educación para todos las promesas adquiridas por los países ricos en cuanto a la educación no ofrecen muchas perspectivas.

Recientemente, la Asamblea General de las Naciones Unidas, en un nuevo intento por llamar la atención de la comunidad internacional y en especial de los países occidentales, ha proclamado un período de diez años, empezando el 1º de enero de 2003, como Decenio de las Naciones Unidas de la Alfabetización, en el convencimiento de que la “alfabetización para todos es la esencia de la educación básica para todos, y que la creación de entornos y sociedades alfabetizados es esencial para lograr los objetivos de erradicar la pobreza, reducir la mortalidad infantil, poner coto al crecimiento de la población, lograr la igualdad entre los géneros y lograr el desarrollo sostenible, la paz y la democracia.”

Para los responsables del CICODE de la Universidad de Granada, “La alfabetización es la llave de la educación para todos, y ésta es premisa ineludible para el desarrollo de los pueblos más desfavorecidos de nuestro planeta. Sin educación no puede haber salud, libertad, ejercicio de la toma de decisiones, progreso… Sin embargo, en el período de 1991 a 2000, el valor real de las subvenciones y préstamos en condiciones muy favorables concedidos por los países ricos a los países pobres para la educación disminuyó en un sexto, de 60.000 a 50.000 millones de dólares al año, tendencia descendente que también se ha dado en la Ayuda Oficial al Desarrollo destinada a educación, que pasó de 5.000 millones de dólares al principio del decenio a 4.000 millones de dólares al final del mismo, y en la asistencia multilateral a la educación”.

Las perspectivas de progreso hacia la consecución de tres objetivos claves que el Foro Mundial sobre la Educación planteó en 2000 (estudios primarios gratuitos para todos los niños y niñas del planeta, eliminación de las diferencias de escolarización entre niños y niñas y reducción del porcentaje de adultos analfabetos al menos un 50%, todo ello a más tardar para 2015) son tristemente sombrías. Pero la responsabilidad de esta realidad no sólo recae en los gobiernos de los países desarrollados y de los propios países subdesarrollados, sino que también pertenece en mayor o menor medida a los distintos estamentos que conforman la sociedad civil.

En ese sentido, señalan los responsables del Centro de Iniciativas de Cooperación al Desarrollo, “las instituciones educativas están llamadas de modo especial a colaborar en la erradicación del analfabetismo y la incultura de los pueblos desfavorecidos. Y entre ellas, las Universidades deben cobrar un protagonismo claro dada su dedicación exclusiva a la generación y transmisión del conocimiento”.


Para más información:

Amparo Ferrer Rodríguez (Directora del CICODE)

Jesús López Megías (Subdirector del CICODE)
Universidad de Granada
Tlfn: 958 240949. Fax: 958 240953

Correo electrónico:coopera@ugr.es

Web:http:// www.ugr.es/local/cicode