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Una apuesta por un sistema sanitario sostenible en España

Este trabajo científico cobra un especial interés en un momento en que uno de los principales retos planteados en la agenda política de nuestro país es la negociación del modelo de financiación del Estado. En el apartado de sanidad, el actual modelo se puso en marcha en 2002, tras la cesión a todas las comunidades autónomas de las competencias en la materia. La tesis de Roberto Montero Granados La necesidad en el nuevo modelo de financiación de la sanidad: una propuesta de medición a partir de modelos regresionales apunta que el sistema público de salud no es sostenible si se continúa realizando un reparto con resultados heterogéneos entre las distintas regiones españolas.

En el ranking de recursos sanitarios per cápita se dan diferencias de hasta un 50% entre territorios. Los que cuentan con menos financiación son Madrid y Valencia, mientras que Cantabria y La Rioja alcanzan los 800 euros. Este reparto está ajustado con arreglo a los criterios de población, número de personas mayores, insularidad y acuerdos bilaterales entre el Estado y las distintas comunidades autónomas.

Criterios de financiación
La tesis pretende proponer criterios objetivos a partir de los cuales los responsables públicos puedan formular unas estrategias que aumenten las posibilidades de sostenibilidad del modelo. Para ello, se profundiza en la demanda sanitaria de la población con arreglo a cinco dimensiones: medicamentos, visitas al doctor, días invertidos en análisis clínicos, jornadas en hospital y operaciones.

“Estas variables, representativas de las funciones de gasto más importantes de la sanidad pública, se han estudiado en todas las provincias españolas con una encuesta a más de setenta mil personas”, explica el autor. Con este método directo, se evita que se introduzcan en las estadísticas, variables que no son estrictamente sanitarias. “Hay provincias donde se va más al hospital por la sencilla razón de que hay más hospitales. Nosotros proponemos un modelo econométrico para medir indirectamente la demanda, con objetividad, como si en todas las comunidades existiera la misma oferta médica”.

En el estudio se observa que la demanda sanitaria depende sobre todo de la población del territorio, y no tanto a la insularidad o la tercera edad. Del estudio también se desprenden otras conclusiones como que la población menos culta accede peor a los medicamentos y a la asistencia sanitaria. También la de más alto nivel educativo, pero no por dificultad en el acceso, si no porque acuden más a la sanidad privada.

Referencia: Prof. Roberto Montero Granados.
Tlf: 958 249996.
Correo e: monterog@ugr.es