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Primera identificación mediante la prueba de ADN de una fosa común de la Guerra Civil

El Departamento de Medicina Legal de la Universidad de Granada va realizar la primera identificación, mediante de prueba de ADN mitocondrial, de una fosa común de la Guerra Civil. Se trata de cuatro de los trece cuerpos que fueron exhumados en la localidad leonesa de Priaranza del Bierzo, el 28 de octubre de 2000.

El próximo día 16 de marzo el profesor José Antonio Lorente se desplazará hasta el ayuntamiento de Priaranza para tomar las muestras de los cuatro cuerpos que más probabilidades tienen de ser identificados. Se trata de un acontecimiento de valor histórico y científico, puesto que la prueba del ADN mitocondrial (el que se transmite por vía materna) a unos restos del año 1936 será una buena forma de testar el método de análisis para identificaciones que el profesor Lorente ha utilizado, además de en España, en países como Chile, Perú o Méjico

La exhumación de los restos se llevó a cabo a propuesta de los
familiares y de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica.

Los trabajos estuvieron dirigidos por un equipo de arqueólogos y de antropólogos forenses. Desde entonces los restos han permanecido en las dependencias del ayuntamiento de Priaranza del Bierzo a la espera de que se practicaran las pruebas de identificación. Hasta el momento sólo se conocen los nombres de ocho de ellos. Tras la elaboración del informe forense existe una alta posibilidad de identificar a los primeros cuatro.

Los trece de Priaranza eran republicanos y murieron por dos disparos en la nuca con arma corta de 9 mm., el 16 de octubre de 1936. Durante años no se supo de la ubicación exacta de la fosa de la que se tenía noticia por Leopoldo Moreira, un hombre que pudo escapar y vivió el tiempo suficiente como para contar a algunas personas dónde se encontraba la fosa. Sesenta y cuatro años después los familiares de Emilio Silva Faba localizaron la ubicación exacta y se pusieron en contacto con el ayuntamiento de la localidad berciana y con el propietario de la finca. Con los correspondientes permisos municipales se iniciaron las excavaciones que tardaron tres días en localizar la ubicación exacta de los cuerpos. La recuperación de los mismos se llevó a cabo con sumo cuidado y se encontraron objetos personales: peines, gemelos, cucharillas, cremalleras y zapatos.

La identificación que tiene previsto llevar a cabo el profesor Lorente permitirá a los familiares recuperar los restos y darles la sepultura que consideran más digna. La prueba del ADN mitocondrial está desarrollando excelentes resultados para la identificación de desaparecidos, que en España se incluyen dentro del programa de Identificación Genética de Personas Desaparecidas «FÉNIX», desarrollado por la Guardia Civil y la Universidad de Granada bajo el patrocinio del Ministerio del Interior y con la financiación de fundaciones de BBVA, Caja Madrid, Endesa, Juan March, Marcelino Botín, Barrié de la Maza, R.Areces, Tabacalera/Altadís y Telefónica. Este programa fue pionero en el mundo y ahora se pretende aplicar sus ventajas y experiencias a este tema, sin duda pendiente en la historia reciente de España.

En la práctica se trata de analizar secuencias del ADN que se
encuentra en el interior de las mitocondrias de las células. En total son 16.569 pares de bases de los que para la identificación se contrastan algunas series (aproximadamente de 400 a 5000 pares de bases). El ADN mitocondrial de los huesos a identificar se comparará con el de los familiares de los fallecidos que tengan la apropiada relación genética con los mismos. Las ventajas del ADN mitocondrial es que al encontrarse en el interior de las células puede soportar mejor el paso del tiempo y es más difícil que se dañe a causa de las condiciones a las que se vean sometidos los restos. Eso puede ser una ventaja en restos como los de Priaranza que han permanecido bajo tierra durante casi 65 años.


Referencia:
José A. Lorente Acosta.
Teléfono. 958-249928.
Correo e. jlorente@ugr.es