La inmigración es un fenómeno social que sin duda ha irrumpido con fuerza en España en los últimos años. Las distintas fuerzas políticas de nuestro país presentan una visión diferente de cómo hay que abordar esta realidad, algo que se materializa a través de sus discursos en el Congreso de los Diputados y en el Senado. Sin embargo, una investigación realizada en el Departamento de Antropología de la Universidad de Granada demuestra que es mayoritaria la opinión de los parlamentarios que entienden la inmigración como asunto potencialmente problemático, asociado a violencia, marginalidad, delincuencia, policía y control de fronteras. Como señala la autora, “si tenemos en cuenta la posición preferente que tienen los discursos políticos en nuestro sistema social, la importancia de sus declaraciones es clave para crear un estado de opinión en relación a esta cuestión”.
La autora del trabajo, Esther Márquez Lepe, analizó los discursos políticos sobre inmigración en las sesiones del Congreso de los Diputados a lo largo de veintidós años (1982-2004), con el fin de determinar qué tipo de tratamiento político recibe y ha recibido la diversidad cultural presente en el país. “Hemos querido indagar en cómo la gestión parlamentaria que se hace de este discurso, es decir, la utilización de determinados instrumentos parlamentarios también acaba determinando la forma de abordar esa realidad y las medidas que se toman para regularla”, explica la investigadora.
Este trabajo ha puesto de manifiesto que el debate en el Parlamento español también gestiona la inmigración como problema, presentando una importante dependencia de tres variables: la incorporación de la normativa europea en materia de inmigración, la aparición de noticias sensacionalistas en los medios de comunicación y la proximidad de procesos electorales (como las elecciones generales de mayo de 2000).
Sin una política de inmigración elaborada
Márquez Lepe destaca que, a pesar de que la inmigración ha entrado en la agenda parlamentaria desde el año 2000 como asunto de relevancia pública y rentabilidad electoral, “en España sigue sin haber una política elaborada desde las principales fuerzas políticas en torno a este tema, dejando el vaivén del debate parlamentario a merced de factores externos al diseño de una política pública seria”.
Desde un punto de vista metodológico, la investigación realizada en la UGR concluye que para realizar un análisis de la gestión de la diversidad cultural a través del discurso parlamentario, tan necesario es caracterizar y ordenar las imágenes culturales que producen los diputados y senadores en sus discursos sobre inmigración (lo que se dice), como controlar la gestión que a posteriori se hace de estos discursos (cómo, cuándo y dónde se dice), ya que las prácticas parlamentarias también construyen realidad social.
En el caso de la población extranjera inmigrante, “su institucionalización como problema responde, entre otros factores, a una vocación por mantener el estatus tradicional homogeneizador del Estado-Nación como soporte de la identidad nacional, sin tener en cuenta la diversidad y heterogeneidad cultural que ya habita dentro de nuestra sociedad, no sólo por la incorporación de población foránea sino por la variedad cultural de los que ya están dentro”.
Referencia: Esther Márquez Lepe. Dpto. de Antropología Social de la Universidad de Granada. Tfno: 958 246 346 – 242 830. Correo-e: emarquez@ugr.es