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Las cajas de ahorros han dado rentabilidades superiores al conjunto del sistema bancario, según un trabajo de investigación

Durante los últimos años las cajas de ahorros han aumentado su significación dentro del sistema financiero español, dice Santiago Carbó, investigador del departamento de Economía Aplicada de la UGR. Por el lado del activo, han expandido sus inversiones crediticias hasta superar el 40% del crédito concedido por el conjunto de entidades de depósito. Y en lo que se refiere al pasivo, superan el 50 % de los recursos ajenos captados por el SBE, debido al continuo crecimiento en el número de acreedores, como consecuencia de la promoción del ahorro de acuerdo con sus principios fundacionales.

Para el profesor de la Universidad de Granada, «el fuerte peso de los clientes de las cajas, dentro de su función objetivo, ha llevado a que estas entidades de depósito, expandan su red de sucursales, capilarizándose en la mayoría de lo posible a lo largo y ancho de todo el territorio nacional. De este modo, no sólo ha aumentado en nivel de competencia espacial, sino que han reducido el fenómeno de exclusión financiera. Además, han tratado de hacer accesibles las nuevas tecnologías aplicadas a la banca, a través de un gran esfuerzo inversor destinado a la dotación de un sólido parque de cajeros automáticos, y el intento de universalización del uso de la tarjeta de pago.

Es de especial relevancia para el autor de la investigación, la contribución de estas entidades crediticias «a la cohesión económica y social», que se ve acrecentada «por la generación de empleo y por la reversión del dividendo social». Con respecto a este último, afirma el investigador, cada día son más los recursos destinados, el número de beneficiarios, centros y actividades, atendiendo siempre a los criterios proporcionados por el destinatario final de su actividad, la sociedad española, con lo que su contribución al «capital social» de la misma gana en importancia relativa con el tiempo.

En su informe, Santiago Carbó señala que «las cajas de ahorros, al contrario que otro tipo de instituciones, no se limitan a la prestación de una serie de servicios financieros en aras de maximizar sus beneficios. Sus principios fundacionales, junto con la continua atención de las exigencias generadas por los múltiples agentes con los que interactúan, les lleva a ser copartícipes de las sociedades en las que se encuentran insertadas. Es por ello, que las cajas se preocupan de estar lo más próximas a sus clientes, con la consiguiente reducción del nivel de exclusión financiera, y contribución a la creación de empleo, de hacer accesibles los nuevos canales de distribución bancaria, y de revertir a la sociedad el fruto de su actividad que ella misma ha posibilitado».

40 % de las inversiones crediticias

En lo que se refiere al crecimiento y a su papel en el sistema financiero español, Carbó asegura que «el análisis de su composición pone de manifiesto cómo en términos de activo gestionan más del 40 por 100 de las inversiones crediticias, destacando el peso del crédito hipotecario. Por el lado del pasivo y en lo referente a los depósitos captados, este porcentaje supera el 50 por 100».

Así, durante la década de los noventa, y aunque los márgenes han caído de forma generalizada, debido fundamentalmente a la mayor competencia y a la continua bajada de tipos de interés, las cajas de ahorros han mantenido adecuados niveles de eficiencia y solvencia, con rentabilidades superiores al conjunto del sistema bancario, tanto en términos de activo (ROA) como de recursos propios (ROE).

Al contrario que la banca privada las cajas de ahorros han llevado a cabo un intenso proceso de apertura de oficinas, mejorando la proximidad y el grado de atención a sus clientes. De este modo, han incrementado su importancia en la distribución espacial, representando más del 47 por 100 de las sucursales del Sistema Bancario Español (SBE). Esta expansión se ha visto acompañada de un notable esfuerzo inversor en materia tecnológica, materializado en una tupida red de cajeros automáticos e importante actividad emisora de tarjetas de pago. Todo este proceso no ha derivado a reducciones de empleo, sino todo lo contrario, incrementándose en un 78 por 100 el personal contratado durante la década de los noventa.


Referencia: Santiago Carbó Valverde (Departamento de Economía Aplicada)
Teléfono: 958 243717