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La gran mayoría de los andaluces de más de 65 años viven en su propia vivienda, y sólo tres de cada 100 lo hacen en una residencia

Sólo el 3 por ciento de los ancianos andaluces viven en residencias, un dato que contradice una creencia social bastante extendida como es la existencia de un ‘boom’ de asilos porque la familia moderna es incapaz de atender a sus mayores. Así se desprende del informe “La situación social de los mayores en Andalucía”, elaborado por los profesores Juan López Doblas y Antonio Trinidad Requena del departamento de Sociología de la Universidad de Granada, y publicado por el Centro de Estudios Andaluces.

Según este trabajo, la inmensa mayoría de los habitantes andaluces de 65 o más años vive en su propia vivienda y no acogidos en la de familiares, y lo hacen bien sea acompañados de su pareja y en muchos casos por algún hijo todavía sin emancipar, o bien solos si enviudan. Apenas el 12% se encuentran en otros núcleos familiares (en casa de un hijo, por ejemplo), y sólo el 3% aproximadamente reside en viviendas colectivas. Esta distribución arroja unos resultados muy semejantes a nivel nacional: de cada seis personas de 65 años o más que hay en España, cinco habitan en su casa.

Fuentes estadísticas
Este informe ha sido elaborado a partir de los datos de las fuentes estadísticas más importantes, como el Censo de Población y Vivienda, el Padrón de Habitantes, la Encuesta Continua de Presupuestos Familiares, la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística y diversos informes del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, entre otros.
Los investigadores de la UGR destacan que la forma de convivencia es significativamente dispar en función del sexo. Así, según los datos analizados, en Andalucía la proporción de mujeres de 65 o más años que viven solas se alza sobre el 26 por ciento, mientras que la de varones no suma el 11 por ciento. Además, hay muchas más mujeres que viven en casa de sus hijos (16,3%) que hombres (6,5%).

Este trabajo pone de relieve, por otro lado, que tanto en Andalucía como en España las familias en las que conviven cuatro generaciones son cada vez más frecuentes, gracias a que la esperanza de vida (especialmente la femenina). Así, la figura de la bisabuela causa cada día menos extrañeza social. Otro indicador del creciente bienestar de las personas mayores es el hecho de que la edad de la viudedad no deja de retrasarse, de manera que cada vez son las los matrimonios que celebran sus bodas de oro. Eso sí, cuando se enviuda (sea el hombre o la mujer), es hoy día más firme que nunca la voluntad de los mayores de continuar habitando en sus casas aunque sea en solitario, en lugar de mudarse con familiares o ingresar en una residencia como solía ocurrir en el pasado.

Referencia:
Prof. Juan López Doblas. Departamento de Sociología de la Universidad de Granada. Tfno: 958 248 065. Correo e-: jdoblas@ugr.es