Se estima que en cuatro días de transferencias bancarias internacionales, resultado de las transacciones de divisas, se manipula más dinero que toda la producción creada por la economía de Estados Unidos en un año o por la economía mundial en un mes. Este es uno de los aspectos que Eduardo Cuenca García, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Granada, trata en su libro “Organización Económica Internacional”, publicado por “Pearson”.
El profesor Cuenca asegura que esta inestabilidad favorece al capital financiero especulativo de tal forma que hoy “as tasas de beneficios de las instituciones bancarias (resultado de su comercio de divisas) son las tasas de beneficio más altas de todas las actividades empresariales del mundo occidental.” Es, dice el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Granada, “el triunfo del capital financiero sobre el productivo y del beneficio de carácter especulativo sobre el bienestar social.”
En su libro, el profesor Cuenca se adentra en un análisis histórico de la economía internacional en el siglo XX, y se refiere también a los organismos económicos internacionales más relevantes, a la Conferencia de Bretón Woods, al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial, a los bancos regionales para el desarrollo y, entre otros muchos apartados, analiza los aspectos referidos a la organización económica internacional, así como al caso de España desde su incorporación tardía a la Organización Económica Internacional hasta su plena integración en el proyecto de Unión Económica y Monetaria de Europa.
También es objeto de estudio en este libro todo lo que concierne en la actualidad a la disyuntiva acerca de si los esquemas de funcionamiento de la economía internacional puestos en práctica desde la II Guerra Mundial siguen siendo aún operativos.
Según el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Granada, autor de este libro, la gran influencia política de los capitales financieros sobre los gobiernos explica su resistencia a desarrollar políticas económicas y sociales en beneficio de una mayor ortodoxia y rigor financiero, lo que reduce su poder.
“El resultado de esta aceptación -afirma el profesor Cuenca- de los gobiernos al dictamen de los mercados financieros supone el empobrecimiento de su soberanía. Temerosos de incrementar los impuestos y desestabilizar los mercados, los políticos se han sometido a los agentes financieros en las batallas por el presupuesto y las políticas fiscales, con el consiguiente deterioro de la protección social.”

Referencia: Prof. Eduardo Cuenca García. Dpto. Economía Aplicada. Universidad de Granada.
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