«El objetivo de mi trabajo –afirma el investigador Antonio Jiménez Estrella–, es realizar un estudio histórico, político e institucional de la Capitanía General del reino de Granada en el siglo XVI, órgano político y militar que tras la conquista del antiguo reino nazarí en 1492, se coloca al frente del amplio y costoso dispositivo militar desplegado sobre el territorio, a fin de protegerlo de cualquier amenaza proveniente del Norte de África y, por otro lado, para servir como agente coercitivo y de control interno sobre la población mudéjar, más tarde morisca, considerada por la administración real un contingente demográfico potencialmente subversivo».
El trabajo, dirigido por el profesor Juan Luis Castellano Castellano y realizado por Jiménez Estrella, desvela ciertos aspectos hasta ahora desconocidos de las funciones desempeñadas por la Capitanía General de Granada en el siglo XVI.
En la primera parte de este trabajo de investigación se analiza la evolución histórica y la intervención política de la Capitanía General en el marco institucional del reino y en el contexto de la política Mediterránea de los Habsburgo a lo largo del Quinientos. El investigador distingue, en este capítulo, dos etapas bien definidas: de una parte aquélla en que una familia aristocrática castellana, la de los Mendoza, controla la institución durante tres generaciones y utiliza la misma de acuerdo con sus intereses patrimoniales y políticos, estableciendo contactos muy sólidos con las principales facciones de poder cortesanas (Francisco de los Cobos), controlando todos los recursos materiales y hacendísticos del aparato militar y creando una extensa red clientelar y de patronazgo en el reino, que les permite promocionar a los puestos más altos y prestigiados de la Administración Real; de otra, el período posterior al estallido de la rebelión morisca de 1568, marcado por el triunfo de la intransigencia religiosa y el confesionalismo regio, el ascenso y fortalecimiento de los burócratas en la administración de Felipe II, y la exoneración de los Mendoza del cargo de capitanes generales. «Durante esta etapa del último cuarto de siglo, –asegura Antonio Jiménez– , el antiguo órgano político y gubernativo sufre un cambio drástico que afecta a sus competencias y a su potestad territorial y jurisdiccional, fuertemente limitadas respecto de la época de los Mendoza, hasta el punto de convertirse en una institución muy distinta -a partir de 1574 se denomina Capitanía General de la Costa-, devaluada políticamente y relegada a una función estrictamente militar».
En la segunda parte del estudio, el investigador se ocupa de los conflictos y disputas registrados entre la Capitanía y otras instituciones del reino (Chancillería, concejos municipales…), centrados especialmente en el funcionamiento de la Capitanía General como tribunal militar y la utilización del fuero privativo militar como un valioso estatuto de privilegio argüido por los componentes del aparato defensivo para zafarse de la acción de la justicia ordinaria. Según Antonio Jiménez, «en el organigrama de la institución, en el que, a pesar del carácter unipersonal de la misma y la carencia de unas ordenanzas o instrucciones originarias, se pueden diferenciar distintos cargos y oficios subalternos al servicio de los capitanes generales, así como una serie de cuerpos militares y de escolta fuertemente vinculados a los Mendoza, cuyas plazas son utilizadas por éstos como fuentes de dádivas y mercedes para sus criados y agentes más fieles».
Igualmente el investigador demuestra, en contra de lo tradicionalmente admitido por la historiografía, que buena parte de los oficios de guerra y de la administración militar granadina fueron patrimonializados y, en algún caso, enajenados, de acuerdo con los intereses de determinados grupos y linajes locales que usaron y abusaron de dichos cargos como fuentes de poder y enriquecimiento.
«Desde la perspectiva de la historia institucional, del poder y de las élites de poder –concluye Antonio Jiménez–, la Capitanía General fue, al menos durante el período de los Mendoza, un órgano territorial, político, gubernativo y, hasta cierto punto, fiscal, dotado de atribuciones que iban mucho más allá de las facultades militares que en principio se le presuponen».
Referencia:
Antonio Jiménez Estrella.
Departamento de Historia Moderna y de América. Universidad de Granada
Tlfno: 958 243661
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