Según la profesora de la Universidad de Granada, el papel de los acuerdos de cooperación y de la banca en el fomento de la inversión directa es esencial. “España no debe estar satisfecha, afirma, con su nivel comercial e inversor, pues Marruecos puede constituir un destino prioritario para nuestras mercancías y para nuestras inversiones, que podrían controlar sectores recurrentes.”
A decir de María del Mar Holgado Molina, en muchos casos las inversiones españolas en este país van unidas al fenómeno de deslocalización empresarial para aprovechar los menores costes salariales marroquíes, lo que supone un nuevo estímulo para el desarrollo de nuestro comercio, así como una mayor complementaridad, en sectores como el agrícola, pesquero, textil, energético, infraestructuras, etc. Además, y en relación a los intereses de estabilidad regional –prosigue la profesora de Economía Aplicada–, estas inversiones privadas suponen un factor determinante para el desarrollo social y económico marroquí, contribuyendo también a frenar la presión migratoria.”
Un rasgo especialmente significativo de la evolución reciente de la inversión española en Marruecos es, a decir de la profesora Holgado, “que la inversión se dirige cada vez más a sectores tradicionalmente en competencia con la producción nacional. Por tanto, nuestras empresas están consiguiendo transformar sectores competitivos en áreas de cooperación para competir conjuntamente en el resto del mundo y afrontar el reto de la globalización internacional.”
A pesar de que son muchas las empresas españolas que han descubierto sus oportunidades en Marruecos, es mucho mayor el potencial existente, según María del Mar Holgado, para incentivar nuevas relaciones económicas y comerciales. Así, el Acuerdo de Asociación Euromediterráneo abre nuevas oportunidades para ambas partes y supone, en palabras de la autora del libro, “un reto no sólo para las empresas marroquíes, sino también para las empresas españolas, ya que éstas tendrán que hacer un esfuerzo para conseguir más cuota en el mercado marroquí de productos manufacturados y de servicios, el cual irá eliminando progresivamente sus restricciones (arancelarias y no arancelarias) a las importaciones procedentes de la UE. En el sector agrícola (a pesar de su menor liberalización inicial), y teniendo en cuenta el actual grado de competencia de nuestras producciones agrarias en el mercado europeo, se plantea la necesidad de que Marruecos se especialice en productos intensivos en mano de obra, mientras que España debería hacerlo en aquellos que requieran una mejora tecnológica de los cultivos y en nuevas especialidades obtenidas mediante alimentación natural sin tratamiento químico”.
Para más información: María del Mar Holgado Molina. Departamento de Economía Aplicada. Tfn: 958-244047 / 958-249994 / 958-400484. Correo e.: mholgado@ugr.es