La mayor parte de las mujeres vinculadas a la prostitución en España entran en ella por dinero, que supone “una verdadera droga”, y acaban volviéndose adictas a él, lo que las hace no poder salir de ese mundo. Además, en la mayoría de los casos sólo abandonan el mercado cuando alcanzan una determinada edad (generalmente, los 45 años), en que se consideran demasiado mayores para ejercer la profesión y son expulsadas del mercado laboral.
Ésta es una de las conclusiones de un estudio realizado por el profesor Francisco Jiménez Bautista, del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada, recogidos en un capítulo del libro denominado ‘El mundo de la prostitución en la ciudad de Granada’, que se publicará próximamente. En su trabajo, el profesor Jiménez ha dibujado por primera vez un mapa de la ‘geografía de la prostitución’ en la ciudad de Granada.
Para materializar esta investigación, su autor ha trabajado durante ocho años realizando entrevistas a prostitutas, camareros de hoteles relacionados con la prostitución, policías, clientes, monjas y trabajadores sociales, lo que le ha permitido llevar a cabo una extensa radiografía de esta profesión.
Geografía de la prostitución
En Granada, como en otras ciudades de nuestro país, la prostitución se ejerce en la calle; en clubs de alterne que ofrecen a sus clientes el típico servicio de bar, pero cuya base de negocio se sienta claramente sobre la prostitución; en casas de citas (vivienda propiedad de una mujer, normalmente una ex prostituta, que suele ser el domicilio habitual de ésta y ocasionalmente de otras mujeres que allí trabajan), y otros lugares, como saunas, salones de masajes y casas aisladas dentro de la ciudad.
En relación a la prostitución callejera, el estudio confeccionado en la UGR revela que en Granada se ejerce en las zonas periféricas de la zona norte de la ciudad, en la Carretera de Jaén y cerca del recinto ferial, en Almanjáyar, o en la zona central del Paseo del Salón. Normalmente se ejerce por la noche, a partir de las 12 de la madrugada.
En la actualidad, a la luz del trabajo de Jiménez Bautista, “en el Paseo del Salón no quedan prácticamente prostitutas. Sólo algunas noches aisladas se puede ver una o dos meretrices de edad avanzada ofreciendo sus servicios, reducto de lo que fue dicha zona en Granada, con unas 10 ó 15 prostitutas en el año 2006”.
La carretera de Jaén está ocupada “casi exclusivamente por rumanas” o alguna mujer de países del Este (muy pocas), que se confunden con rumanas (búlgaras o húngaras). Además, hay “muy pocas prostitutas de origen subsahariano” (que suelen ubicarse al final de la acera de la estación de autobuses), algunos hombres para contactos gays y dos o tres travestis, en la calle Cacería del Cerro. En el extremo norte del barrio, “podemos encontrar drogadictas, y en especial, mujeres gitanas que hacen la calle”.
Mujeres españolas
Las mujeres españolas “no hacen la calle ni trabajan en clubs, al menos en Granada”. En los últimos tiempos, se ha observado una tendencia a agruparse por su cuenta y ejercer su profesión en pisos alquilados por ellas mismas atendiendo a los clientes en dichos pisos. En la ciudad de Granada, las zonas donde se han detectado dichos pisos son en el Barrio de la Magdalena, frente al paseo de la Virgen de las Angustias, “un barrio degradado y con callejuelas”, apunta Jiménez Bautista.
En la ciudad van desapareciendo las últimas casas de citas como en el barrio de San Matías y San Juan de los Reyes, ambas en el centro. “Además- apunta el autor de este trabajo-, existen otras casas en la periferia de la capital, como en la Chana. Y la zona de clubes de alterne y saunas puede verse en Recogidas y Pedro Antonio de Alarcón”.
Jiménez Bautista afirma que, aunque en la mayoría de los casos la prostitución se ejerce de noche, “ese horario se está abriendo”. La prostitución se ejerce desde las cuatro de la tarde aproximadamente en los clubs; mientras que las chicas de los domicilios particulares suelen trabajar las veinticuatro horas del día. Por su parte, las chicas de la calle habitúan trabajar por la noche.
El investigador de la Universidad de Granada advierte de la “doble moral y la hipocresía” que existe en la ciudad en relación a la prostitución. “Como ejemplo, cabe señalar que muchos de los vecinos de la carretera de Jaén que se han organizado solicitando la desaparición de la prostitución de la zona, son clientes de las chicas que ejercen su trabajo allí, y solicitan habitualmente sus servicios, tal y como ellas mismas me han indicado. No creo que exista una paradoja más significativa sobre el tema”.
Contacto: Prof. Francisco Jiménez Bautista. Instituto de la Paz y los Conflictos de la UGR. Tfnos: 958 248 355 – 958 248 367. Correo e. fjbautis@ugr.es