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Un estudio de la UGR analiza el efecto del calentamiento climático sobre el aumento de la procesionaria en Sierra Nevada

La procesionaria del pino es una plaga que no sobrevive a las temperaturas excesivamente bajas y que se extiende en nuestro país y en todo el Mediterráneo. En un artículo publicado en la revista Biodiversity and Conservation por José Antonio Hódar Correa y Regino Zamora Rodríguez, profesores del Departamento de Biología Animal y Ecología de la Universidad de Granada, se analizan las consecuencias previsibles que el calentamiento climático tendrá para los pinos silvestres de Sierra Nevada, exclusivos de la zona. Dicha especie está empezando a ser un alimento habitual de la procesionaria.

El pino silvestre es una especie septentrional, y el sitio donde llega más al sur es precisamente Sierra Nevada. En cuanto a la procesionaria, es una larva de mariposa que se desarrolla en invierno. Aunque ataca a muchas especies de pino, en Sierra Nevada, se suele asentar en el pino salgareño (Pinus nigra), una especie mediterránea y de montaña. La altitud en que suele crecer este árbol es la que tiene las temperaturas adecuadas para la procesionaria, entre los 800 y los 1.600 metros. Más arriba, donde vive el pino silvestre, las temperaturas serían demasiado bajas para su supervivencia.

En este sentido, los investigadores de la UGR han observado que el cambio climático está haciendo que aumente la presencia de la procesionaria en Sierra Nevada, y así las consecuencias negativas para el pino. “Hasta hace poco, había lugares donde era prácticamente imposible que se desarrollara la larva. Ahora, empieza a ser posible porque las temperaturas invernales son más altas”. Se están llegando a observar bolsones (mecanismo que tiene la larva procesionaria para mantenerse caliente) de orugas en pinos silvestres hasta a 2000 metros de altitud.

Política forestal
Si estas zonas sólo tienen pinos de especies susceptibles a la procesionaria, como el salgareño y el silvestre, la plaga se instalará sin dificultad. Pero con la gran diversidad de especies arbóreas que tradicionalmente han existido en la sierra granadina, éste no debería ser el escenario. Si no está siendo así, es debido sobre todo a la existencia de grandes repoblaciones homogéneas de pinar, fruto de la política forestal, “no siempre acertada, y de una inadecuada gestión de estas masas forestales”, en opinión de Hódar.

Así, además de luchar contra el calentamiento global, el investigador de la UGR señala que replantearse “la estructura que tienen ahora mismo muchos bosques de pinos procedentes de las repoblaciones”. Y concluye: “En Sierra Nevada ya se están entresacando pinares para favorecer que vaya entrando poco a poco la encina”. Una labor ardua y con efectos a largo plazo.


Referencia:
Prof. José Antonio Hódar Correa.
Teléfono: 958 243242.
Correo e: jhodar@ugr.es