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Retrasar la ligadura del cordón umbilical de los recién nacidos reduce la posibilidad de que sufran anemia en la infancia

Durante siglos, cuando nacía un niño no se ligaba el cordón umbilical tras el parto, dejando que de forma espontánea se interrumpiera la circulación (“ligadura tardía”). Esta práctica sanitaria fue sustituida en la asistencia hospitalaria por la ligadura precoz, es decir, actualmente el cordón se liga inmediatamente, tras la expulsión fetal. En realidad, este cambio en el proceder sanitario carece de una auténtica base científica, y los estudios sobre la importancia del momento del clampaje del cordón muestran resultados francamente contradictorios.

Una tesis doctoral realizada en el Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada por Catalina de Paco Matallana defiende que llevar a cabo la ligadura del cordón umbilical en recién nacidos a término (es decir, nacidos a los nueve meses de gestación) a los dos minutos de de la expulsión fetal no encuentra diferencias en los niveles de hematocrito o hemoglobina en la vena del cordón umbilical cuando se compara con la ligadura del cordón antes de los 20 segundos, por lo que concluye que no existe ninguna justificación para la realización de esta práctica tan extendida.

Análisis de 151 cordones umbilicales
El trabajo “Repercusiones clínicas y fisicoquímicas del tiempo de ligadura del cordón umbilical en recién nacidos a término” ha analizado un total de 151 cordones umbilicales de neonatos provenientes de embarazos y partos normales a término. En 79 casos, el cordón umbilical se ligó antes de 20 segundos, mientras que en 72 casos la ligadura se realizó a los dos minutos de la expulsión fetal.

En dicho estudio se ha encontrado que existe un aumento de la presión parcial de oxígeno en la arteria umbilical de los recién nacidos con ligadura tardía y una menor necesidad de oxigenoterapia tras el parto, sin que se haya diferencias en el tiempo de extracción de la placenta y, por lo tanto, de sangrado materno postparto (uno de los motivos por los cuales comenzó la realización de la ligadura precoz del cordón umbilical).

Además De Paco Matallana ha analizado la concentración de melatonina (uno de los antioxidantes más potentes y más estudiados en la actualidad, tanto en animales como en el ser humano), hallando diferencias estadísticamente significativas entre la concentración de melatonina (aMT) en la vena y en la arteria umbilical (mayor concentración en la arteria). “Esto nos sugiere –indica la investigadora- que el feto, además de recibir melatonina de la madre a través de la vena umbilical, puesto que atraviesa la barrera placentaria, también la produce ante situaciones de estrés como puede ser el parto”. Es decir, las altas concentraciones relativas de aMT en el cordón umbilical junto con el cambio en las diferencias arterio-venosas con el tipo de parto, sugieren que la pineal es activa en el feto y es capaz de responder durante el parto.

Prevenir la anemia infantil
En cuanto a la concentración de triacilglicéridos (TAG) analizados en la vena umbilical de ambos grupos de ligadura, este trabajo ha encontrado diferencias estadísticamente significativas, en el sentido de más concentración de TAG en el grupo de la ligadura precoz. Lo mismo ocurre en la arteria umbilical, donde también existen diferencias estadísticamente significativas, con mayor concentración en el grupo de la ligadura precoz, sin hallarse estudios en la literatura que apoyen o desmientan estos datos, por lo que son necesarios más estudios para corroborar dichos resultados. Sin embargo existen numerosos artículos en la literatura científica en los cuales se aconseja la realización de la ligadura tardía, “debido principalmente a su efecto beneficioso en la prevención de la anemia en la infancia”, explica la autora.

La investigadora granadina destaca que los resultados de su tesis “demuestran que no hay diferencias en el hemograma ni en el perfil bioquímico general en vena umbilical entre los casos de ligadura precoz y tardía del cordón”. Tampoco se hallaron diferencias en la viscosidad ni en la melatonina en arteria y vena umbilicales (otras variables tradicionalmente al clampaje precoz del cordón). Desde el punto de vista clínico, en el período de alumbramiento no hubo diferencias en ambos grupos de ligadura umbilical.

Catalina de Paco Matallana afirma que su investigación “no ha encontrado ningún factor científico que haga aconsejable la ligadura precoz del cordón umbilical, y por tanto que haya justificado el abandono de la ligadura tardía en recién nacidos normales a término”. La investigadora de la UGR advierte de que “hay conclusiones contundentes a favor y/o en contra de los dos tipos de ligadura estudiados, lo que evidencia no sólo la complejidad del problema, sino que además, es posible que las diferentes investigaciones no sean suficientemente controladas ni estén correctamente diseñadas”.

Referencia: Catalina de Paco Matallana. Dpto. de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada. Tfnos: 958 242 867 / 0044 – 07738934958.
Correo e-: katydepaco@hotmail.com