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Investigadoras de la Universidad de Granada demuestran que la leche de cabra es, en muchos aspectos, más beneficiosa para la salud que la de vaca

El Grupo de Investigación “Alimentación, Nutrición y Absorción” (Grupo ANA) de la Universidad de Granada ha demostrado que la leche de cabra es más beneficiosa para el consumo humano que la leche de vaca, ya que no sólo sirve para tratar determinadas patologías, sino que su consumo habitual puede prevenir de la aparición de algunas enfermedades y dolencias habituales en nuestros días.

La investigación sobre la leche de cabra se inició por el Grupo ANA en 1996, en el marco de un proyecto subvencionado por la Dirección General de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación y Ciencia. A lo largo de estos años, el Grupo, -dirigido por la profesora Margarita Sánchez Campos y formado por las Doctoras Mª Mercedes Barrionuevo Díaz, Mª Inmaculada López Aliaga, Mª José Muñoz Alférez y Mª Teresa Nestares Pleguezuelo- ha publicado sobre este tema siete trabajos en revistas científicas especializadas de gran prestigio y leído cuatro tesis doctorales.

El último trabajo de investigación, realizado Patricia Quesada Peña bajo el título “Efecto beneficioso de la leche de cabra sobre la utilización nutritiva de proteína, hierro y cobre en síndromes de malabsorción”, ha demostrado cuáles son los efectos del consumo de la leche de cabra en relación con la leche de vaca en animales, para su extrapolación a humanos; así mismo analiza cómo afecta a la absorción de grasa, proteínas, y una serie de minerales tales como calcio, fósforo, magnesio, hierro, cobre, cinc y selenio, y su depósito en los órganos más importantes relacionados con el metabolismo de estos minerales.

Las investigaciones han mostrado que la proteína de la cabra “es de mejor calidad que la de la leche de vaca y de más fácil absorción por el organismo”. En cuanto a la grasa, es más fácil de digerir que la de vaca dado que “los glóbulos de la grasa de la leche de cabra son mas pequeños que los de la de vaca y, además por su alto contenido en ácidos grasos de cadena media (MCT) no necesita, en gran proporción, de la bilis (sales biliares) para su digestión y absorción”.

Las investigadoras subrayan que por ser ácidos grasos de cadena media, llegan directamente al intestino y de éste a la sangre, por lo que son rápidamente metabolizados y producen energía de forma inmediata; además, este tipo de grasa no se deposita y por lo tanto no engorda”. Según este grupo de investigación la grasa de la leche de cabra, por su alto contenido en MCT, disminuye los niveles de colesterol.

Los efectos beneficiosos de la leche de cabra con respecto a la de vaca no se detienen aquí, sino que se ha demostrado que, en cuanto al calcio, su consumo “aumenta mucho su absorción y depósito a nivel del hueso, lo que es muy beneficioso tanto para las personas adultas como para las mujeres que sufren procesos de osteoporosis sobretodo a partir de la menopausia”, y que, a diferencia lo que ocurre con otros alimentos ricos en calcio,” la leche de cabra favorece también la absorción de hierro y su depósito en órganos diana”, lo que puede beneficiar a personas propensas a sufrir anemias.

De hecho este grupo está finalizando otro proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología sobre el efecto de las leches de cabra y vaca, enriquecidas o no en calcio, en estado de ferrodeficiencia. La leche de cabra tiene también efectos beneficiosos sobre el metabolismo de otros minerales tales como fósforo, magnesio, cobre, cinc y selenio.

Desafortunadamente, el consumo de leche de cabra sigue siendo muy bajo con respecto al de vaca, debido en gran parte a su escasa comercialización.

Las investigadoras recomiendan el consumo de la leche de cabra o de los productos derivados de la misma, en la población en general y en ciertas patologías, como los síndromes de malabsorción.


Para más información:
– Prof. Margarita Sánchez Campos (Tlf.: 958 244175. Correo e. marga@ugr.es)

– Prof. María José Muñoz Alférez (Tlf.: 958 248318. Correo e: malferez@ugr.es).