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Expertos de la UGR investigan los efectos de los antirretrovirales y la incidencia de la hepatitis C en enfermos de SIDA

En los años 80 y 90, era frecuente que los virus que provocan el SIDA y la hepatitis C afectaran juntos a los enfermos, ya que ambos se transmiten por vía parenteral al compartir jeringuillas para la inyección de drogas. Si hasta hace unos años, el enfermo fallecía precozmente a causa del SIDA, ahora, con los nuevos tratamientos, la supervivencia mejora y da tiempo a que la hepatitis C, de curso muy lento, evolucione a formas avanzadas que pueden ser causantes del fallecimiento de muchos pacientes coinfectados.

Según los especialistas de la UGR, estamos ante un gran reto para el sistema sanitario y científico, que se verá resuelto en unos años, cuando los fármacos que se están desarrollando puedan curar la hepatitis crónica por virus C en mayor porcentaje que los medicamentos actualmente disponibles.

Tratamientos eficaces

Sin embargo, con respecto al VIH se ha avanzado mucho más. Desde 1996, existen tratamientos muy eficaces que alargan y mejoran la calidad de los pacientes infectados por VIH. En este sentido, “prácticamente ningún paciente bajo tratamiento se muere de SIDA”, señala el doctor José Hernández Quero, profesor de Medicina Interna de la Universidad de Granada. En opinión del doctor Juan Pasquau, del Hospital Virgen de las Nieves, “no considero que alguien que viene a mi consulta con VIH tenga más causas para morir a largo plazo que un fumador”.

El problema es que el VIH no se haya detectado. “Las fuentes oficiales siguen dando una información que resulta sesgada, pues sólo cuentan los casos de SIDA, sin tener en cuenta los infectados por VIH, que posiblemente nunca desarrollarán la enfermedad”, añade Hernández Quero. En efecto, a través del Plan Nacional del SIDA sólo se declaran los enfermos y no los infectados por el virus.

En España, los resultados que conocemos invitan a la esperanza. Según datos oficiales, en el primer semestre de este año se han diagnosticado un 11% menos de casos de SIDA que en el año pasado. Los números vienen a confirmar la tendencia de años anteriores. Los denominados “grupos de riesgo”, como homosexuales y heroinómanos, se contagian en menores proporciones y aumentan las transmisiones por vía heterosexual.

Efectos secundarios

El otro gran problema al que se enfrentan en la actualidad los enfermos de SIDA son los efectos secundarios de los fármacos. Se alarga la vida de estos pacientes, pero es una vida bajo tratamiento médico ininterrumpido que, en muchos casos, acarrea otros problemas. Se aceleran procesos como la arterioesclerosis y la diabetes. También aparece la denominada lipodistrofia. Esta enfermedad consiste en la distribución anómala de la grasa en el cuerpo, concentrándose en gran medida en la zona abdominal, desapareciendo de la cara y los miembros. Por todo ello, la idea es “mantener el pulso al tratamiento, retrasar su comienzo, observando la evolución del sistema inmune”, explica el doctor Pasquau.

En la actualidad hay una docena de fármacos comercializados para los enfermos infectados por el VIH y bastantes en fase de desarrollo. Siempre se administran combinaciones de tres diferentes, con el objetivo de suprimir la replicación del virus, que es muy rápida, evitando así el deterioro inmunológico, clave de la enfermedad, y la selección de virus con mutaciones de resistencia a los fármacos administrados. De esta forma las posibilidades terapéuticas son limitadas.

Por ello, es muy importante el estudio de resistencia genómica, que permite evitar los medicamentos a los que el virus es resistente, y en el que Granada es pionera en nuestro entorno. En concreto, el Servicio de Microbiología de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico. Gracias al trabajo del doctor Federico García, entre otros, estos análisis permiten saber de antemano la resistencia a determinados antirretrovirales, evitando los que no van a ser eficaces y limitando, por tanto, los efectos tóxicos.

Hernández Quero, director de esta Unidad del Clínico, señala que “ha cambiado el espectro sociológico de los infectados. Suelen estar ya entre los 30 y los 40 años, y en edades inferiores si hablamos de contagios por transmisión sexual. En cuanto a la diferencia por sexos, en Granada hay más hombres: entre un 65 y un 70% de los que contraen el VIH”. A su vez, el doctor se enorgullece de que “la mayoría de los contagiados en los años ochenta, cuando comenzamos con la Unidad, siguen bajo el tratamiento que les facilitamos. Han envejecido con nosotros”.


Más información: Prof. José Hernández Quero. Departamento de Medicina. Universidad de Granada. Teléfono: 958 24 90 79. Correo e: jhquero@ugr.es