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Estudio sobre los efectos de la medicación antipsicótica en pacientes con esquizofrenia

En el trabajo de investigación se describen las características de una serie de casos con esquizofrenia tratados con diferentes regímenes de medicación antipsicótica: antipsicóticos clásicos por vía oral, un antipsicótico depot, los antipsicóticos atípicos olanzapina y risperidona, y el antipsicótico atípico clozapina (reservado a casos resistentes). Los investigadores analizan, particularmente, el tiempo de evolución de la enfermedad, la sintomatología actual y el funcionamiento de la percepción y la memoria visual.

Los resultados del estudio –que, a decir de los autores ha de ser considerado piloto y tiene la limitación del reducido número de pacientes incluidos, si bien aporta la virtud de estudiar pacientes estables en cuanto al tratamiento– arrojan escasas diferencias en lo que se refiere a características demográficas y habilidades de la vida diaria. “los pacientes con APs clásicos –aseguran los investigadores–, por vía oral puntuaron significativamente más alto en el factor desorganizativo que quienes tomaban clozapina. En general, los pacientes con APs atípicos obtuvieron mejor resultado en las tareas de percepción y memoria visual. Y los peores fueron los de decanoato de flufenazina. En el conjunto de los 32 pacientes -prosiguen Gurpegui y Romera–, el tiempo de copia aumenta con la edad, con puntuaciones más altas en los factores negativo y depresivo, y con más bajas en memoria visual. En la regresión lineal múltiple, sólo la puntuación en memoria visual y la edad siguen siendo significativas.”

Pese a lo reducido de la muestra, los investigadores concluyen que “los pacientes con APs atípicos parecen estar mejor, tanto en síntomas como en capacidades visuo-espaciales. La reproducción visual está influida por la memoria visual y por la edad.”
Para elegir correctamente el fármaco antipsicótico en el tratamiento de la esquizofrenia es preciso basarse, en primera instancia, en la respuesta al tratamiento previo, si lo hubo, y en segundo lugar en el perfil de acción del medicamento, tanto en los efectos terapéuticos como en los secundarios. En práctica clínica diaria –siempre según los investigadores Gurpegui y Romera–, se suelen elegir preparados depot para los pacientes no cumplidores, y clozapina para los refractarios a tratamiento. “A veces –señalan los autores del estudio–, características no explicadas en la historia clínica hacen que se elija un medicamento determinado. Por otra parte, el fármaco que se prescribe puede influir en ciertas características de los pacientes: en el déficit neuropsicológico, particularmente en el procesamiento visuo-perceptivo y en las manifestaciones psicopatológicas, e indirectamente en las habilidades de la vida diaria, moduladas por el deterioro cognitivo.”

Según Gurpegui y Romera, “en los pacientes con esquizofrenia es frecuente encontrar un enlentecimiento general de las funciones cognitivas, con particular afectación de los procesos de atención y memoria y de la organización temporal de la conducta (síndrome disejecutivo). También muestran peores resultados en las tareas de percepción y reconocimiento visual. En pacientes sin predominio de síntomas negativos –continúan los investigadores–, se ha detectado un mayor deterioro de la memoria visual en el campo visual derecho, así como un mayor tiempo de reacción en la realización de pruebas específicas, asimetría que confirma la observada en algunos estudios, pero no en otros.”


Para más información:
Manuel Gurpegui Fernández de Legaria
Departamento de Medicina Legal, Toxicología y Psiquiatría
Universidad de Granada
Tlfn: 958 240704
Correo e.:gurpegui@goliat.ugr.es