En esta línea de investigación, los científicos trabajan en la identificación y diagnóstico del género Phytomonas, que son protozoos parásitos de plantas, y que, en cultivos tropicales americanos (cafetal, coco, palma aceitera, mandioca), tienen consecuencias devastadoras por las pérdidas económicas que originan y las consecuencias ecológicas que conllevan, debido a que no existe tratamiento frente a estas infecciones, y sólo se pueden tratar con insecticidas de forma intensiva.
Según los profesores Manuel Sánchez Moreno y Clotilde Marín Sánchez, del Departamento de de Parasitología de la Universidad de Granada, “en España este grupo ha aislado estos parásitos en cultivos de tomate, mango y chirimoyo, y en otras plantas circundantes a los cultivos que actuarían como reservorios (trébol y bledo), y por los estudios ya realizados son iguales a los americanos, por lo que creemos, que estos parásitos han sido introducidos en nuestro país por medio de semillas o plántulas importadas desde América. Estamos, pues, ante una infección emergente y totalmente desconocida, que lo primero que necesitará será poder ser diagnosticada”.
A decir de Manuel Sánchez, estos aislamientos de Tripanosomátidos de plantas en frutos de tomate, chirimoyo y mango, “fueron realizados en los años 1994-1996, en la zona del sureste español, concretamente en los cultivos, tanto de invernadero como al aire libre, en las provincias de Granada y Almería. Pero el pasado mes de Abril de este año, en un nuevo muestreo realizado en el poniente almeriense, en la zona El Ejido-Roquetas de Mar, hemos vuelto nuevamente a aislar estos Tripanosomátidos en frutos de tomate. La patología de estos Tripanosomátidos en frutos de tomate ha sido descrita en Brasil, hace varios años. Y la enfermedad que produce es conocida como «Yellow Spot», debido a que los frutos infectados presentaban manchas amarillas. Hoy día, la patogenicidad de estos Tripanosomátidos está demostrada en cultivos tales como: cafetal, cocotero, palmera aceitera y mandioca. E incluso en plantas de tipo ornamental como, Alpinia purpurata”.
Por lo que hasta el momento se sabe, estos protozoos parásitos son exclusivos de plantas, y no han sido vistos parasitando algún animal o humano. Estos protozoos pertenecen a la familia Tripanosomatidae en la que se incluyen protozoos parásitos de animales y humanos, que son agentes causantes de importantes enfermedades como: Enfermedad de Chagas, producida por T. cruzi y que afecta de 15 a 20 millones de personas en el mundo; la Tripanosomiasis Africana (Enfermedad del sueño), producida por T. brucei, para la que se estima que existen más de 50 millones de personas expuestas a contraerla y, 20.000 millones de nuevos casos anuales; las Leishmaniasis, producidas por otros miembros de esta familia y concretamente por especies pertenecientes al Género Leishmania, y que tiene una amplia distribución: cuenca mediterránea, India, África, China y Suramérica.
“Todas estas enfermedades –dice el profesor Manuel Sánchez– tienen en común la inexistencia de un tratamiento eficaz y, una de las causas de ello es la peligrosidad que conlleva trabajar con estos parásitos patógenos humanos. Esto obliga a disponer de laboratorios muy especializados y sumamente costosos. Los Tripanosomátidos de plantas (Phytomonas), por lo que sabemos actualmente, no son peligrosos directamente para el hombre, y tienen una gran similitud, desde el punto de vista metabólico, con los tripanosomátidos humanos, lo que les convierte en un modelo biológico ideal para el estudio de estas enfermedades”.
El objetivo de la línea de trabajo de este grupo es, siempre según los responsables de la investigación en la Universidad de Granada, “además de aislar a estos Tripanosomátidos, desarrollar técnicas que permitan la identificación y diagnóstico. Parece ser, que la Biología Molecular puede ser la mejor herramienta para este fin. Nosotros hemos demostrado que, la enzima Superóxido Dismutasa (SOD) es un marcador molecular que hace posible el diagnóstico de esta parasitosis, por ser una enzima con propiedades inmunogénicas. Esta característica puede ser extrapolable a la SOD de Tripanosomátidos de interés para la salud humana. Lo que nos permitiría disponer de un kit de diagnóstico frente a estas enfermedades, cosa de la que hoy día se carece. Además la SOD, por su función, está reconocida como una posible diana quimioterapéutica, con lo que, el conocimiento de la SOD de Phytomonas puede ser una aproximación terapéutica tanto para el tratamiento de la infección por Phytomonas como por su similitud para las demás Tripanosomiasis humanas”.
Para más información:
Manuel Sánchez Moreno (msanchem@ugr.es ) y Clotilde Marín Sánchez. (cmaris@ugr,es). Departamento de Parasitología – Tlfn: 34-958-242369 – Fax: 34-958-243174