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Más del treinta por ciento de las mujeres españolas ha sido o será víctima de malos tratos

Las cifras hechas públicas recientemente por el Instituto Andaluz de la Mujer sitúan a Andalucía en el séptimo lugar dentro del mapa nacional de violencia hacia las mujeres. Por delante, Baleares, Canarias, Comunidad Valenciana, Murcia, Ceuta y Melilla. Estos datos permiten hablar a los expertos de una situación alarmante que afecta o podría llegar a afectar a más de un tercio de la población femenina española.

Además, los estudios muestran que el aumento del maltrato a las mujeres no mantiene relación con el grado de violencia que en general existe en la sociedad. Las causas son distintas y se puede hablar sin cortapisas de un síndrome de agresión hacia la mujer. El forense y profesor de Medicina Legal de la Universidad de Granada Miguel Lorente sostiene que la población no percibe el maltrato como un problema muy grave y que lamentablemente “persiste también la visión de que quizá la mujer hizo algo para merecer esa agresión”.

Para el autor de los libros “Mi marido me pega lo normal” (Crítica, 2001) y “El rompecabezas” (Crítica, 2004), participante en el curso del Centro Mediterráneo “Mujeres en situación de conflicto”, las respuestas a estas situaciones son aún insuficientes y no alcanzan la raíz del problema. “Se adoptan medidas que sólo se dirigen hacia las consideradas manifestaciones excesivas cuando toda manifestación de violencia es en sí misma negativa. La amenaza que recibe una mujer es siempre grave y la violencia empieza en la intimidación”, afirma Miguel Lorente para concluir “hay que detectar y frenar las situaciones de violencia psicológica que producen el sometimiento y el miedo”.

El agresor en estos casos no tiene un perfil claramente definido y, en opinión del experto en maltrato, no busca directamente herir a la mujer, sino controlarla. Por este motivo, la violencia que se ejerce hacia ella siempre aumenta en relación con el grado de poder y control que el victimario percibe que gana o pierde. La mayoría de los maltratadores no buscan tampoco el anonimato ni niegan el crimen. “Ellos necesitan que se sepa –puntualiza Miguel Lorente- puesto que consideran que su crimen tiene un fundamento moral. No se tienen por delincuentes, ya que actúan conforme a un código moral que encuentra respaldo muchas veces en la cultura patriarcal presente en nuestra sociedad”.

El curso “Mujeres en situación de conflicto” se desarrolla a lo largo de esta semana en Almuñécar y contará también con la participación de la asociación de mujeres de Negro de Belgrado, Bat Shalom de Israel y el Centro de Mujeres de Jerusalén para abordar la dimensión internacional de la violencia de género.


Referencia: Miguel Lorente Acosta.
Profesor Asociado de Medicina Legal de la Universidad de Granada y director del Instituto de Medicina Legal.
Tlf: 659 655601.