Con el título “La innovación docente en el laboratorio de Ciencias Experimentales a través del desarrollo de protocolos estandarizados”, la Universidad de Granada a puesto en marcha un proyecto de innovación docente que permita trasladar al laboratorio de prácticas de Ciencias Experimentales el concepto de Sistema de Gestión de la Calidad bajo los principios de Buenas Prácticas de Laboratorio (BPL).
Coordinado por el profesor Antonio González Casado, del Departamento de Química Analítica de la Universidad de Granada, en este programa se han seleccionado los equipos básicos más frecuentes: balanza analítica, material volumétrico, micropipetas, termómetro, pH-metro y espectrofotómetro y se han desarrollado procedimientos normalizados de trabajo (PNTs) para gestionar estos equipos básicos auxiliares dentro de un contexto de BPL, en los que se describan todas las operaciones a realizar en el laboratorio.
Participan en el proyecto, que coordina el profesor González Casado, los también profesores Juan Manuel Bosque Sendra, Luis Cuadros Rodríguez, Ana María García Campaña, Pedro Espinosa Hidalgo, y Laura Gámiz Gracia.
A decir de los responsables de este proyecto, “las medidas químicas están sufriendo una rápida expansión en la sociedad moderna, incrementando su papel como base de importantes decisiones económicas. Sobre la base de estas decisiones, se afianzan regulaciones nacionales e internacionales con un fuerte impacto en campos tan diversos como el comercio, la industria, las leyes, la medicina o el medio ambiente. Por esta razón, la credibilidad en las medidas químicas es de una gran importancia, ya que la calidad de los productos comerciales y, por tanto, de su precio en el mercado depende de forma crucial de las medidas que determinan el grado de calidad. La confianza en la calidad solamente puede existir sobre la base de la confianza de las medidas que definen esta calidad”.
Así, durante las últimas décadas, la calidad ha llegado a ser cada vez más importante, no sólo como característica de un producto sino también de un servicio o cuando se proporciona información. La Real Academia de la Lengua la define como propiedad o conjunto de propiedades inherentes a una cosa que permiten apreciarla como igual, mejor o peor que las restantes de su especie. ISO define la calidad como la totalidad de rasgos y características de un producto, proceso o servicio que inciden en su capacidad de satisfacer necesidades reguladas o implícitas. Dichas propiedades se refieren a la prestación, la fiabilidad y los gustos personales del cliente.
“Uno de los objetivos de la política sobre certificación y acreditación de la Unión Europea (EU) –afirman los responsables del proyecto– es facilitar el reconocimiento mutuo de ensayos y certificados, incluso fuera del área armonizada, a fin de disminuir costes y burocracia. Surge así la necesidad, entre otros, de inspirar confianza en los resultados analíticos. La resolución del Consejo de la EU en materia de evaluación de la conformidad establece la confianza sobre la base de la transparencia y de la competencia. Dicha resolución de la Comisión está recogida en el documento “Un Concepto Global para la Certificación y Ensayo: Un instrumento para la Garantía de la Calidad de Productos Industriales” que desarrolla conceptos de mutuo reconocimiento sobre la base de confianza en la competencia y en la calidad. Así, los ensayos realizados en un estado miembro son automáticamente reconocidos por el resto de los estados miembros. En el nuevo marco de trabajo, los estados miembros asumen la responsabilidad política para que los organismos de ensayo y certificación se sujeten a norma”.
Referencia
Profesor Antonio González Casado. Departamento de Química Analítica de la Universidad de Granada. Tlf.: 958 244077; 958 248435. Correo e.: agcasado@ugr.es