En el curso “Gastronomía, enología y nutrición (productos subtropicales)” del Centro Mediterráneo de la Universidad de Granada, el profesor José Enrique Campillos ha evaluado las propiedades de las frutas y ha ofrecido un modelo de dieta que tiene en cuenta la evolución humana. Las frutas, especialmente las tropicales, son uno de los alimentos recomendados internacionalmente para los niños y mayores. En este sentido, el catedrático aconseja que se tomen al menos 5 piezas pequeñas de fruta al día, incluidos los zumos, que, por sus cualidades, ayudan a prevenir enfermedades.
Campillo ha afirmado durante sus intervenciones que las frutas, excepto dos, el aguacate y el coco, son alimentos que no tienen grasas, salvaguardando los ácidos grasos que necesita nuestro organismo. De las dos frutas, el aguacate tiene una grasa “buena” parecida al aceite de oliva y el coco, una grasa “mala”. Además, las frutas son ricas en fibras tanto solubles, útiles para la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, como insolubles, que previenen el estreñimiento y el cáncer de colon.
Sobre todo las de color intenso, afirma el fisiólogo, como el mango o la papaya, son ricas en vitaminas y poseen los antioxidantes necesarios para paliar el proceso de envejecimiento que producen los radicales libres. Por último, esta demostrado científicamente que las frutas poseen una serie de sustancias con propiedades anticancerígenas. “Está comprobado que el sulforofano inhibe el crecimiento del cáncer de mama humano”.
Por otra parte, el profesor ha analizado la alimentación humana teniendo en cuenta lo que hemos comido a lo largo de su evolución. Como resultado, Campillo propone una dieta que se compondría de un 60 – 70% de verduras, frutas y hortalizas, un 20% de alimentos animales como la carne, el pescado y los huevos y el resto, en pequeñas cantidades, alcohol, aceite, azúcares refinados, que llevan menos tiempo en contacto con el ser humano. El profesor Campillos difiere del resto de expertos en el uso de los cereales: “para que los cereales fueran saludables, habría que comerlos como antiguamente”
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